Fisichella, en la apertura del Congreso de Pastoral de Turismo: "Asistimos a un verdadero cambio cultural"

Santiago de Compostela reúne desde este miércoles a expertos procedentes de distintas partes del mundo que analizarán el fenómeno del turismo desde el punto de vista pastoral

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Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

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Este miércoles, 5 de octubre, ha comenzado el VIII Congreso Mundial de Pastoral de Turismo, que organizan conjuntamente el arzobispado de Santiago de Compostela, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Conferencia Episcopal Española.

Durante estos días confluirán los tres grandes centros de cristiandad: Santiago, Roma y Jerusalén bajo el lema “Turismo y Peregrinación. Caminos de Esperanza”. De esta forma, la capital gallega reúne desde este 5 de octubre a expertos procedentes de distintas partes del mundo que analizarán el fenómeno del turismo desde el punto de vista pastoral.

El prefecto del Dicasterio para la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, ha impartido la charla inaugural, bajo el título “Desarrollar y fortalecer el arte del primer anuncio en el mundo fugaz del turismo y la peregrinación: formas y contenidos”.

Los peregrinos también han cambiado

Fisichella ha empezado su ponencia subrayando el valor de la esperanza cristiana: “Se recurre a ella solo en momentos de necesidad cuando todo a nuestro alrededor parece derrumbarse sin dejar algún punto de apoyo. La esperanza cristiana, sin embargo, no surge en momentos de necesidad, sufrimiento o desesperación determinados por diversas razones. Si así fuera, en nada se distinguiría de un sentimiento genérico o del deseo de aferrarse a algo como solución extrema al mal”.

Según el teólogo italiano, “para quienes trabajan en la pastoral del turismo y la peregrinación, el tema de la esperanza está también asociado a la dimensión programática y de planificación. Estamos ante una gran transformación en las formas en que se pone en camino para llegar a los lugares de destino [...] asistimos a un verdadero cambio cultural que merece ser abordado porque implica un giro antropológico al que muchas veces no se hace referencia”. Para Fisichella, “la cultura digital es una realidad mucho más amplia y compleja que el uso de Internet. No basta con estar presente en Internet y poseer nuestra página web más o menos bonita y utilizable para poder decir estar inmersos en la cultura digital”.

Los desafíos en el ámbito de la Pastoral

“Se tiene la prisa de ver tdoo rápidamente a bordo de un monopatín, tomar una fotografía, ver el paisaje y tomarte un selfie...la riqueza de la obra de arte, del monumento y de lo que constituye el propósito del viaje es solo “visto”, no “contemplado”. Una paradoja irremediable que destruye cualquier posible percepción de la belleza y su contenido”, ha afirmado el arzobispo italiano.

Rino Fisichella ha abordado además el tema del peregrino que antiguamente “vivía al mismo tiempo una experiencia religiosa y cultural de particular valor. Esta dimensión, a menudo olvidada, necesita ser retomada y reafirmada, de lo contrario se equivoca sobre el significado mismo de la peregrinación y el turismo religioso [...] Peregrinación y cultura no se oponían, sino que se sintetizaban en una visión armoniosa de la vida que favorecía el desarrollo y crecimiento personal”.

Abriendo el VIII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo, Rino Fisichella ha subrayado que “el lenguaje ha cambiado y los comportamientos también. El turista y el peregrino hoy, a diferencia de antaño, afrontan el viaje de una forma diferente. Se puede pensar que la mitad de los peregrinos de hoy se organizan de forma independiente, aprovechando la propuesta de última hora y la oferta más atractiva en cuanto a alojamiento” y ha advertido que “la peregrinación organizada por la parroquia, la asociación o la diócesis encuentra cada vez menos respuesta. Basta estar presente en un santuario para comprobar cuántos peregrinos han llegado de forma independiente y cuántos con la organización tradicional”.

Repensar la formula de la acogida

Ante estos desafíos en el ámbito de la pastoral del turismo, “obliga a repensar ante todo las formas de acogida, por no hablar de la preparación y formación catequética capaz de transmitir el valor de la peregrinación y de los lugares cargados de siglos de cultura”.

Tras esta primera reflexión, Fisichella se ha preguntado además: “¿Cómo hacer descubrir la riqueza cultural y religiosa que se encuentra en los destinos turísticos?”. Y la respuesta, para el teólogo es permitir “contemplar la belleza que emana de estos lugares, porque es fuente para devolver la esperanza [...] la vía de la belleza es el primero y genuino camino a recorrer, porque es el más inmediato, intuitivo y fascinante que tenemos”.

“La vía de la belleza puede ser un camino a seguir para devolver la esperanza a tantos que todavía sienten el deseo, la nostalgia y la necesidad de la fe, como indicio para una renovación cultural”, ha asegurado Rino Fisichella. El prefecto del Dicasterio para la Nueva Evangelización ha abordado también uno de los problemas más urgentes para su dicasterio, el de la comunicación: “¿Tenemos un lenguaje capaz de comunicar la verdad de la fe, porque es el cercano al lenguaje de nuestros contemporáneos? Tengo miedo de responder, sabiendo ya el contenido de la respuesta. Sin embargo, necesitamos conocer a nuestro contemporáneo tal y como es, sin temer el análisis que se haga, a pesar de su crudeza y fragilidad”.

Fisichella, en su charla inaugural, ha subrayado además como “si se quitaran las obras maestras de arte sacro de los museos, quedarían kilómetros de largos pasillos vacíos, quedarían kilómetros de largos pasillos vacíos; si se quitara la música sacra, tendríamos toneladas de partituras en blanco; si se elimanaran todas las obras de la literatura cristiana de las bibliotecas, solo tendríamos una triste vista de estantes polvorientos. En definitiva, nuestras catedrales, iglesias y gran parte de la producción artística de casi dos milenios son la síntesis más envidiable de la fecundidad de la relación entre fe y belleza en la tarea de transmitir la Palabra de Dios”.

¿Cuál es el futuro?

Continuando su ponencia, Rino Fisichella sugirió algunas directrices para el futuro de la Pastoral del Turismo: “Se debería cuidar una formación de los operadores y guías que sostenga este recorrido, que impulse custodiarlo y transmitirlo a las generaciones futuras. Se debería evidenciar que gran parte de la cultura ha sido producida por inspiración de la fe que requiere ser compartida y participada a las nuevas generaciones. La belleza, que desde siempre fascina y crea una forma peculiar de contemplación que conduce al amor, podría desaparecer lentamente de nuestro mundo, con el peligro de caer presa de la desesperación, la falta de esperanza. Si esto desgraciadamente llegara a suceder, el vacío sería enorme y no podría ser reemplazado por nada”.

Concluyendo, el prefecto del Dicasterio para la Nueva Evangelización ha finalizado su ponencia afirmando que “la belleza no tiene ocaso, pero necesita personas que sean capaces de rejuvenecer cada día su rostro, conscientes de la responsabilidad que se posee de anunciar hoy con el mismo entusiasmo la belleza del rostro de Jesús de Nazaret, verdadero Dios y verdadero hombre, respuesta última a la pregunta de sentido de nuestros contemporáneos”.

Millones de personas a Roma

Un último pensamiento lo ha tenido para el próximo jubileo que verá a millones de personas ponerse en camino hacia Roma: “Cada Año Santo en la historia de la Iglesia adquiere todo su sentido cuando se inserta en el contexto histórico que vive la humanidad y especialmente cuando es capaz de leer los signos de las ansias y angustias unidas a las expectativas que vive la gente. La fragilidad experimentada en estos últimos años, junto al miedo a la violencia de las guerras, no hace sino hacer paradójica la condición humana: por un lado, siente el poder de la técnica que determina los días de forma preponderante; por otro lado, a menudo se encuentra incierta y confundida acerca de su futuro. De aquí surgió inmediatamente la urgencia de vivir el próximo Jubileo a la luz de la esperanza”.