La Iglesia española recuerda que en la "debilidad y en la enfermedad" encontramos a Cristo
Este viernes, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, se inicia la campaña que concluye el 22 de mayo, cuando la Iglesia en España celebra la Pascua del Enfermo
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La Iglesia celebra el 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, la Jornada Mundial del Enfermo. Este día se inicia la Campaña que concluye el 22 de mayo, cuando la Iglesia en España celebra la Pascua del Enfermo.
“Acompañar en el sufrimiento” es el lema que propone el departamento de Pastoral de la Salud, que ha editado los materiales para esta Jornada instituida hace 30 años por san Juan Pablo II para sensibilizar sobre la necesidad de asistir a los enfermos y a quienes los cuidan.
La Iglesia española recuerda que en la debilidad y en la enfermedad, "en las personas que sufren encontramos a Cristo que nos pide ayuda. En el que sufre está también Jesús, sufriendo con él, acompañando y sosteniendo en el sufrimiento, reclamando la ayuda de los prójimos que pasan por el camino de la vida".
La indiferencia nunca es la respuesta
Por eso, en esta Jornada se nos pide que seamos conscientes que “a veces miramos con indiferencia a los que sufren pues no somos capaces de reconocer en ellos el rostro de Cristo. Es la ceguera del corazón la que hace mayor el sufrimiento de quienes se sienten arrojados en el borde del camino de la vida”.
La indiferencia no es nunca la respuesta cristiana ante el sufrimiento de las personas enfermas. “Es necesario el amor que se manifiesta en el cuidado, la compañía, la empatía y la compasión. La sociedad empuja al individualismo y a vivir al margen de sus problemas. Sin embargo, es preciso retomar con decisión el camino que nos hace sentirnos a unos miembros de los otros y a todos parte de un pueblo”, explican.
Por encima de todo, el hermano
Muchas personas dedican su vida al cuidado de los enfermos, reconocen poniendo el valor la labor de los sanitarios. “Nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes que se entregan para cuidarnos: médicos, enfermeros y enfermeras, farmacéuticos. En ellos encontramos no solo una profesión sino también, en muchos casos, una vocación”. Un deseo de servir “que brota de un corazón sensible a las necesidades de los demás”.
Llamados a la caridad
Muchas son las congregaciones dedicadas a la caridad han hecho del cuidado a los enfermos una de sus áreas privilegiadas de actividad, pero no debemos olvidar que “todos los cristianos hemos sido llamados a esa expresión de la caridad en el día a día y en medio de las ocupaciones habituales de la jornada, con la visita, la compañía y la atención a esas personas necesitadas de nuestro entorno”.