Unidad, participación, colaboración y mirada hacia los débiles, los cuatro ejes del ministerio de José Cobo
El arzobispo de Madrid ha iniciado este sábado en la Almudena su ministerio pastoral. En su homilía pide a la Iglesia ser integradores, "aprendiendo a empastar las diferencias"
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
“No vais a encontrar a la Iglesia de Madrid en los vagones de cola”. En estos términos se ha expresado José Cobo durante la homilía de la Misa con el que inicia su ministerio como arzobispo de Madrid, celebrada en la mañana de este sábado en la Catedral de la Almudena, para reafirmar el compromiso de la archidiócesis por la unidad, el diálogo o la lucha contra las desigualdades.
A las 11h el arzobispo electo hizo su llegada a la puerta principal de la Almudena acompañado del administrador apostólico, el cardenal Carlos Osoro y del Nuncio Apostólico, Bernardito Auza. El interior del templo estaba lleno. Como se suele decir en estos casos, "no cabía un alfiler". Entre los asistentes a la ceremonia se encontraban más de sesenta obispos, o las máximas autoridades, encabezados por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde de la capital de España, José Luis Martínez-Almeida y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre.
En su alocución, Cobo ha reclamado una Iglesia integradora, que camine en unidad y que ajuste sus lenguajes a los tiempos presentes, pero sin salirse del anuncio y “la fascinación del Evangelio” que debe ser llevado “a lugares concretos por donde habita Dios en Madrid”.
“Tendremos que cambiar lenguajes y ajustar fórmulas pastorales a este momento. Es verdad. No vale lo de siempre. El cambio de época lo reclama para anunciar la fascinación del Evangelio a una ciudad y a unos pueblos y unas gentes sedientas de él”, ha aseverado.
En este sentido, el titular de la archidiócesis madrileña ha recordado las palabras del Papa Juan XXIII, cuando precisaba que “no es el Evangelio el que cambia, sino nosotros quienes lo entendemos mejor en cada momento”.
"Si no despertamos pasión por la Iglesia, nuestro testimonio será aburrido"
José Cobo ha continuado su homilía remarcando que el anuncio del Evangelio no debe llevarse a cabo de manera “individualista”, sino de “manera comunitaria”, por lo que ha reclamado a la asamblea no ser “parcelarios” en la Iglesia, “sino integradores, aprendiendo a empastar las diferencias”.
Un camino en unidad que no implica no “aceptar las imperfecciones” de la Iglesia, pero sí un compromiso “para mejorarla desde adentro”, como reclama el Papa Francisco. “Si no despertamos este enamoramiento y esta pasión (por la Iglesia) nuestro testimonio cristiano será un aburrido eco de nosotros mismos”, ha advertido el titular de la archidiócesis madrileña.
Cobo también ha reafirmado su compromiso y el de la archidiócesis por “dialogar y entedernos” con aquellos que coinciden en pensamiento o discrepen, siempre con la finalizar de propiciar “la participación, la comunión y la misión”.
Por ello, el arzobispo de Madrid apela por impulsar comunidades, parroquias y realidades eclesiales de todo tipo alrededor de la misión: “Comunidades abiertas, familiares y, sobre todo, que remitan a Dios. Que proclamen con obras, palabras y celebraciones la fuerza seductora del Evangelio”, ha insistido en la homilía.
La desigualdad, la soledad o víctimas de la violencia: las prioridades de José Cobo
Asimismo, José Cobo ha pedido al Pueblo de Dios que camina en Madrid “no presumir del poder de los números” ni identificarse “con una otra ideología política o cultural. Nuestra voz no aspira al monopolio del poder en nuestra sociedad. Tampoco queremos quedarnos añorando el pasado. Ni nos entretendremos en multiplicar condenas o lanzar reproches. Queremos no despistarnos demasiado por el camino. No pretendemos entretenernos con disputas estériles que distraen de lo principal. Queremos caminar siempre al ritmo ágil y libre de Jesús, el Cristo; siempre atentos a quienes quedan descartados al borde del camino”, ha expresado.
En este punto, ha recalcado que la prioridad de su ministerio pastoral serán los colectivos más vulnerables como migrantes, afectados por las desigualdades, víctimas de la violencia o de la soledad, una de las pandemias del siglo XXI. Para atenderles, Cobo ha pedido a las autoridades madrileñas su colaboración, la misma que tendrán de la Iglesia de Madrid: “Contad con la sincera voz y ayuda de la Iglesia para trabajar por el bien común y para impulsar una cultura del encuentro. Vivimos una vertiginosa transformación en todos los sentidos. Eso supone enormes desafíos para todos. Como cristianos y ciudadanos, queremos aportar nuestra voz y nuestra visión al desarrollo humano integral”, ha manifestado.