Juan Antonio Guerrero, sobre las finanzas de la Iglesia: "La transparencia nos protege más que el secreto"

El jesuita, prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, explica que "queremos una economía que sirva a sus fines, pero sobre todo que sirva a la evangelización"

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Redacción Religión

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"Queremos una economía que sirva a sus fines, pero sobre todo que sirva a la evangelización, que sea una economía para la misión", concluyó, explicando que el balance no puede ser "puramente económico", sino orientado a la misión. Así lo explicó Juan Antonio Guerrero, SJ, prefecto de la Secretaría para Asuntos Económicos de la Santa Sede.

¿Cómo ha sido la reforma económica del Papa Francisco? ¿Cuál es la mejor manera de gestionar el patrimonio de la Iglesia? ¿Cómo se planifican las finanzas para alcanzar la misión? Estas preguntas fueron analizadas y debatidas en la Universidad Pontificia Comillas por varios especialistas reunidos en la jornada académica “Economía sostenible en la Iglesia”, que se celebró en el marco del programa Especialista en administración de bienes eclesiásticos, apoyado por Caixabank.

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Cambio en la economía que no deje a nadie fuera

El jesuita dijo que “no todo el Vaticano ha tenido la misma reforma, sobre todo porque no todo el Vaticano estaba de la misma manera”, dijo, y aseguró que “el Papa está tratando de hacer un cambio en la economía que no deje a nadie fuera, y esto lo está haciendo con los economistas jóvenes”.

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Economía de gastos

Tras definir la economía vaticana como “de gastos”, porque “todos los dicasterios gastan y ninguno ingresa”, Guerrero reveló que los ingresos de la Santa Sede llegan a través de los Museos Vaticanos y el Instituto para las Obras de Religión (IOR), así como por los donativos, con la ayuda de las iglesias particulares, congregaciones religiosas y fundaciones”. Y aseguró que “queremos una economía que sirva a sus fines, pero sobre todo que sirva a la evangelización, que sea una economía para la misión".

Guerrero, tras distinguir entre la economía del Vaticano (el Estado de la Ciudad del Vaticano) y la de la Santa Sede (el Papa y el conjunto de órganos que le auxilian en el gobierno de la Iglesia universal), describió el proceso de racionalización en los procesos de gestión que se ha llevado a cabo, dando una especial relevancia a la transparencia.

La necesidad de formación específica

La jornada contó con la presencia del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y de su obispo auxiliar, José Cobo, que presenciaron también la intervención de José Rodríguez Carballo, arzobispo Secretario del Discasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en la que presentó las grandes líneas a tener en cuenta en la administración de los bienes eclesiásticos. Insistió en la necesidad de incorporar el carisma como herramienta de gestión de los bienes, de modo que dicha labor esté alineada con el ser y la misión de la Iglesia. El Arzobispo puso especial énfasis en la necesidad de formación específica por parte de los administradores de bienes en la Iglesia.

Por su parte, David Alonso de Linaje, responsable de instituciones religiosas de Caixabank, disertó sobre la importancia de la planificación como herramienta de gestión de los bienes, también de los bienes eclesiásticos. Tras referirse a los documentos eclesiales en los que se señala la planificación como una fase del necesario discernimiento acerca del uso de los bienes en la Iglesia, desarrolló pedagógicamente un ejemplo completo de planificación financiera a través del cual una institución eclesial puede, en función de sus necesidades a corto, medio y largo plazo, adoptar las mejores decisiones para que la institución cuente con recursos con los que poder llevar a cabo sus fines.

Unas finanzas sostenibles

Para Miguel Campo, director del programa Especialista en administración de bienes eclesiásticos, con esta jornada se ha buscado poner en marcha un foro de encuentro entre todos aquellos implicados en la administración de bienes en la Iglesia. Según él, a modo de conclusión, se puede señalar que lo específico del ser y misión de la Iglesia católica debe ser incorporado a la gestión de los bienes, sin prescindir de todos los aportes de las modernas técnicas de gestión, singularmente la planificación, de modo que se alcance una gestión responsable, eficaz y productiva de los bienes de las instituciones eclesiales, pero sin renunciar a las notas carismáticas de la Iglesia, lo específico de la misma: sin ánimo de lucro, con expresión de los valores evangélicos, coherente con la doctrina social de la Iglesia, transparente y responsable.

Por último, el rector de Comillas, Enrique Sanz, aseguró que “la innovación es una cualidad inherente a Comillas, que responde a implicación de la Iglesia con innovación, porque este programa se sostiene entorno a ella”. El rector agradeció a CaixaBank su apoyo en este programa. En este sentido, Rafael Herrador, director territorial Centro de Caixabank, relató la tradición financiera y de valores de la entidad: “Apoyamos el desarrollo de la sociedad y situamos al cliente en el centro”, dijo.