Lidia Miralles: "La Nueva Era dejó en ella un vacío, y Dios lo llenó"
¿Qué es la Nueva Era?, ¿qué consecuencias tiene en la vida de las personas que caen en ella?, ¿cómo se puede salir de esta corriente?
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Este domingo, el programa 'Ecclesia', que se emite todos los domingos en TRECE a las 13 h., ha contado con el testimonio de Lidia Miralles Prats, quien estuvo varios años acudiendo a cursos y ritos de este tipo de grupos de manipulación coercitiva, sufriendo sus coletazos de primera mano.
Lidia nació en Argentina, en una familia católica "de misa dominical", algo que terminaría en su adolescencia, cuando dejó la Iglesia: "Lo que realmente era importante para mí es 'el querer es poder'". Con esta hoja de ruta, consiguió lo que para el mundo eran grandes logros, "empiezo a trabajar, me voy a Estados Unidos, lo tengo todo...", y, sin embargo, tal y como ha asegurado ante las cámaras de TRECE, "nada era suficiente. Con 23 años lo tenía todo, pero no sentía nada".
"Empiezo a buscar la felicidad y llego a libros, empiezo a contactar con grupos, voy a que me tiren cartas astrales, brujas...y me voy metiendo y metiendo", ha relatado Lidia, que compara esta etapa de su vida con los noviazgos: "hay algo que aprendes, pero luego otra vez la sensación de vacío". "Me caso, me divorcio, me vengo a España, me vuelvo a casar, me vuelvo a divorciar... -continúa explicando la invitada- vuelvo a entrar en otra empresa, soy directora, tenía mi descapotable...", pero tal y como ha contado Lidia, "por más que busques y busques es cada vez más grande el vacío, desde ahí empiezo a estudiar psicología".
En esa nueva etapa, Lidia empieza a tener nuevas experiencias, como el Camino de Santiago, que decidió andar con una amiga suya: "Ella hacía las laudes y yo tiraba las cartas de los ángeles para ver cómo iba a ver el día". Sin embargo, la peregrinación tuvo sus frutos, y "acabo confesándome de una vida de 10 años fuera de la Iglesia", ha contado Lidia, que, sin embargo, al volver a casa después de esa experiencia "seguí igual que antes".
Después de continuar con cursos y ritos relacionados con la Nueva Era, y tras una experiencia en la que se desmayó, "ví las imágenes de todas las cosas y todas las personas a las que yo había hecho mal, pero me olvido otra vez". En ese momento, Dios le puso delante a dos amigas, que la invitaron a unas catequesis del Camino Neocatecumenal, en las que Lidia se sentía extraña, "veía la misa de Semana Santa, con la vela entrando, y me asustaba porque parecían los ritos de los que yo venía". A pesar de sus dudas, y gracias a una buena dirección espiritual "empecé a conocer más a Dios".
No se acabaron ahí los problemas, porque "quería que la fe me sirviera a mí para sentirme yo mejor, que es el concepto de la Nueva Era", se ha sincerado Lidia, quien tuvo que prejubilarse. Sin embargo, gracias a ello "empecé a trabajar gratis como psicóloga con gente muy pobre en Carabanchel, y descubrí que, ayudándolos a ellos, me ayudaban a mí, y que donándome ganaba mucho más que si me daban a mí".
En la actualidad, Lidia trabaja como psicóloga, "pero no como yo me formé, que era una cultura Nueva Era, sino apoyada en los valores cristianos", ha explicado la invitada, que ahora ve cómo "el vacío que tenía se llena si permanezco atada a Dios, porque cuando los viejos monstruos del 'autoyo' vuelven, siento ese vacío otra vez".
Lidia ha terminado asegurando que "todo el mundo de la Nueva Era está muy herido, porque son en el fondo buenas personas buscando una solución", por lo que, para ella, Dios es el que tiene que sanar esas heridas: "siempre digo que Dios es el terapeuta y yo la coterapeuta".