El recuerdo de Jorge, sacerdote en La Palma durante la erupción del volcán: "Impotencia y tristeza"
Más de 7 mil vecinos tuvieron que abandonar sus casas, algunas han quedado destruidas y muchas familias siguen recibiendo ayudas
Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Este martes 19 de septiembre se cumplen dos años del inicio de la erupción del volcán en La Palma. Una tragedia natural que afectó a más de 7.000 personas y que destrozó más de 2.600 edificaciones y casi un centenar de kilómetros de carreteras en la isla.
El programa de TRECE, 'Ecclesia al Día', ha hablado con Jorge Concepción, sacerdote que ha estado en la isla estos últimos años en la isla. ¿Qué es lo primero que le viene cuando recuerda todo lo que pasó durante estos meses?: “Se me viene mucha impotencia ante las casas que estaban cayendo y que ni la ciencia, ni la técnica, ni la tecnología era capaz de parar esa barbarie. Impotencia con las personas que estaban desalojando de sus casas, mucha tristeza. Y como aspecto positivo toda la solidaridad que llegó durante esas semanas”.
Más de 7 mil vecinos tuvieron que abandonar sus casas, algunas han quedado destruidas y muchas familias siguen recibiendo ayudas. ¿Cuáles eran las primeras necesidades de estos afectados? ¿Cómo fue la ayuda de la Iglesia?
“Nosotros no somos una entidad de emergencia y entonces empezamos a hacer una valoración de las necesidades. El plan de ayuda estaba ya coordinado por el Gobierno, pero hay personas que empezaron a ir acudiendo a Cáritas y poco a poco fue creciendo la demanda. El comienzo nuestro fue atender a las primeras personas que venían a nosotros y ver que podíamos ofrecer: las viviendas que la Iglesia tenía disponibles, el tema de las ayudas, las tarjetas monedero, todo eso fue lo que empezamos haciendo, organizando y creciendo”, ha subrayado el sacerdote.
Jorge se incorporó hace unas semanas a Tenerife, pero “conozco la realidad que vivía hasta hace poco. La demanda obviamente ha bajado, pero todavía hay personas que acuden a Cáritas por primera vez porque las ayudas ya no le llegan o algunos tienen dificultades con el alquiler y la administración no ayuda, y por eso tienen necesidad de acudir a Cáritas”.
Por último, Jorge ha recordado también como vivieron los católicos este momento de tristeza: “Eran tanto los afectados que había reacciones de todo tipo. En general vivimos con la mirada puesta en Dios, pidiéndole que parase todo ello, pero con una incertidumbre porque veíamos que esto no acababa. Cuando ya pasó cierto tiempo llegó el cansancio. Muchas veces esperamos una respuesta de Dios a lo que nosotros pedíamos, pero quizás se vio en otros aspectos: se veía en la respuesta de la gente, la solidaridad, no murió nadie, los medios técnicos y de emergencia estuvieron bien coordinados con las instituciones. Todo eso fue un regalo que Dios nos hizo en esos días”.