¿Sabes por qué los papas acuden el día de la Inmaculada a la Plaza de España de Roma?
Se trata de una ceremonia breve en la que el Papa Francisco deposita flores a los pies de la Virgen, concretamente una cesta de rosas blancas, y le reza una oración
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Desde hace 69 años, cada 8 de diciembre, todos los papas tienen una cita especial con la estatua de la Inmaculada Concepción que preside la Plaza de España de Roma.
La estatua de la Inmaculada se encuentra situada en lo alto de una columna de mármol de corinto de 12 metros de altura que se encontró en 1777 en el Monasterio de Santa María de la Inmaculada Concepción, en el Campo de Marte. La inmensa imagen de la Virgen en bronce que corona la columna fue realizada por el escultor Giuseppe Obici.
Se trata de una tradición que comenzó Pío XII en 1953 para inaugurar un Año Mariano. Tres años antes se había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción. A las 7 de la mañana, antes de que llegue el Papa, los bomberos subirán hasta lo alto de la columna donde se encuentra la Virgen para depositar en sus brazos una guirnalda de flores. La ceremonia se realiza en recuerdo de los 220 bomberos que el 8 de diciembre de 1857 inauguraron el monumento.
A lo largo de la jornada numerosas organizaciones y ciudadanos particulares realizan sus ofrendas florales a la Virgen. Entre otros, el Cuerpo de Gendarmería del Vaticano rendirá homenaje a las 9.30h, con la banda musical interpretando un himno a la Virgen; a las 10.30h, a continuación, la gran procesión de los trabajadores de las más importantes empresas de la ciudad. Los franciscanos de la Basílica de los XII Apóstoles son los encargados de coordinar la ofrenda.
Uno de los momentos más emocionantes del encuentro será sin duda el saludo que el Papa Francisco hace cada año a los enfermos que en sillas de ruedas y protegidos con mantas rodean la Plaza de España, que también suele estar abarrotada de romanos y de turistas.
Se trata de una ceremonia breve, en la que el Papa Francisco deposita flores a los pies de la Virgen, concretamente una cesta de rosas blancas, y le reza una oración.
En la plaza les esperan las autoridades, en esta ocasión el alcalde Roberto Gualtieri, y la Embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá, ya que España tiene un especial protagonismo, puesto que ejerce de anfitriona. La Plaza de España de Roma recibe su nombre precisamente del edificio que desde 1647 alberga la Embajada de España ante la Santa Sede. Se trata de la Embajada más antigua del mundo en ejercicio.