¿Hay trigo y cizaña en tu corazón?: Esta es la pregunta del Papa durante el rezo del Ángelus de este domingo

"No podemos crear un mundo perfecto y no podemos hacer el bien destruyendo precipitadamente lo que está mal, porque esto tiene efectos peores"

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Sara de la Torre

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"Un agricultor, queha sembrado buena semilla en su campo, descubre que un enemigo de noche ha sembrado en él cizaña, unaplanta de aspecto muy parecido al trigo, pero infectada.De este modo, Jesús habla de nuestro mundo, que en realidad es como un gran campo, donde Diossiembra trigo y el maligno cizaña, y así el bien y el mal crecen juntos". Así lo ha expresado el Papa Francisco durante el rezo del Ángelus de este 23 de julio, recordando "las parábolas que llegan al corazón de quien lo escucha. Este lenguaje, lleno de imágenes, se asemeja al que muchas veces usan los abuelos con los nietos, sentándolos quizás sobre sus rodillas”. Unaa bonita imagen con la que ha recordado su homilía en la III Jornada Mundial de los Abuelos, que el mismo instauró en el año 2021.

De ese modo, ha explicado en esta celebración en la basílica de San pedro, los abuelos comunican “una sabiduría importante para la vida. Recordando a los abuelos y a los ancianos, raíces que los más jóvenes necesitan para llegar a ser adultos, quisiera volver a leer los tres episodios del Evangelio que hemos escuchado a partir de un aspecto que tienen en común: el crecer juntos”.

La tentación de un mundo perfecto

"Lo vemos en las noticias, en lasociedad, y también en la familia y en la Iglesia. Y cuando, junto al trigo bueno, vemos malas hierbas, nosdan ganas de arrancarlas inmediatamente, de hacer "limpieza total". Pero el Señor nos advierte hoy que éstaes una tentación: No podemos crear un mundo perfecto y no podemos hacer el bien destruyendoprecipitadamente lo que está mal, porque esto tiene efectos peores: acabamos -como se dice- "tirando el niñojunto con el agua sucia".

Hay, sin embargo, un segundo campo en el que podemos y debemos limpiar: "Es el campo del corazón,el único en el que podemos intervenir directamente. También allí hay trigo y cizaña, de hecho, es desde allídesde donde ambos se extienden al gran campo del mundo. Nuestro corazón, en efecto, es el campo de lalibertad: no es un laboratorio aséptico, sino un espacio abierto y, por tanto, vulnerable. Para cultivarloadecuadamente, es necesario, por una parte, cuidar constantemente los delicados brotes de bondad y, porotra, identificar y erradicar las malezas".

Así pues, "miremos en nuestro interior y examinemos lo que ocurre,lo que crece en nosotros de bien y de mal. Existe un hermoso método para hacerlo: es el examen deconciencia, que sirve precisamente para verificar, a la luz de Dios, lo que sucede en el campo del corazón.Por eso, también hoy podemos hacernos algunas preguntas. Pensando en el campo del mundo: ¿sévencer la tentación de "hacer de cada hierba un montón", de hacer “limpieza total” de los demás con misjuicios? Luego, pensando en el campo del corazón: ¿soy honesto para buscar las malas plantas que hay enmí y decidido arrojarlas al fuego de la misericordia de Dios? Y, pensando en el campo del prójimo: ¿tengola sabiduría de ver lo bueno sin desanimarme por las limitaciones y la lentitud de los demás?".