El Papa Francisco recuerda en el Ángelus que “Dios no excluye a nadie porque ama a todos como a hijos”

El Santo Padre ha invitado a "reflexionar sobre nuestras relaciones, haciendo ver la importancia de todo el mundo para Dios, especialmente a los más alejados de Él"

ctv-adj-1659261848419

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El

ha realizado este domingo el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano antes centenares de fieles. El Santo Padre ha invitado a reflexionar sobre nuestras relaciones, haciendo ver la importancia de todo el mundo para Dios, especialmente a los más alejados de Él.

Respecto al Evangelio de la liturgia de hoy, Francisco ha presentado las tres parábolas de la misericordia. En ellas Jesús las relata en respuesta a las murmuraciones de los fariseos y de los escribas, que decían: “Este acoge a los pecadores y come con ellos”. El Santo Padre explica que “si para ellos esto es religiosamente escandaloso, Jesús, al acoger a los pecadores y comer con ellos, nos revela que Dios es justamente así: no excluye a nadie, desea que todos estén en su banquete, porque ama a todos como a hijos”.

Los tres protagonistas de las parábolas reflejadas en el Evangelio son un pastor que busca a la oveja perdida, una mujer que encuentra la moneda perdida y el padre del hijo pródigo. Todos ellos tienen la inquietud por aquello que les hace falta, a pesar de que aparentemente no es algo que necesiten para sobrevivir. Francisco expone que “en sus corazones hay inquietud por aquello que les falta: la oveja, la moneda, el hijo que se ha ido. El que ama se preocupa por lo que echa de menos, siente nostalgia por el que está ausente, busca al que está perdido, espera al que se ha alejado. Porque quiere que nadie se pierda”.

Dios nos espera siempre con los brazos abiertos

“El Señor no calcula la pérdida y los riesgos, tiene un corazón de padre y madre, y sufre al echar de menos a sus hijos amados. Sí, Dios sufre por nuestra lejanía, y cuando nos perdemos, espera nuestro regreso. Recordemos: Dios nos espera siempre con los brazos abiertos, sea cual sea la situación de la vida en la que nos hayamos perdido”.

Por último, el Papa ha invitado a preguntarnos: “¿Imitamos al Señor en esto, es decir, tenemos la inquietud por aquello que nos falta? ¿Sentimos nostalgia por quien está ausente, por quien se ha alejado de la vida cristiana? ¿Llevamos esta inquietud interior, o nos mantenemos serenos e imperturbables entre nosotros? Reflexionemos, pues, sobre nuestras relaciones: ¿Rezo por quien no cree, por el que está lejos? ¿Atraemos a los alejados por medio del estilo de Dios, que es la cercanía, la compasión y la ternura? El Padre nos pide que estemos atentos a los hijos que más echa de menos. Pensemos en alguna persona que conozcamos, que esté cerca de nosotros y que quizá nunca haya escuchado a nadie decirle: "¿Sabes? Tú eres importante para Dios”.