El Papa a los jóvenes en Bahréin: "¡Sean campeones de fraternidad!"

Además, también les ha dicho: "Aprópiense de la cultura del cuidado y difúndanla" y "afronten los desafíos de la vida dejándose orientar por buenos consejeros"

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Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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El Papa Francisco continúa inmerso en su viaje apostólico en Bahréin. Este sábado ha tenido un encuentro en el Colegio Sagrado Corazón de Manama, en el que les ha indicado que “en la masa del mundo, ustedes son la buena levadura destinada a crecer, a superar tantas barreras sociales y culturales, y a promover gérmenes de fraternidad y novedad. Jóvenes, ustedes son los que, como viajeros inquietos y abiertos a lo inédito, no tienen miedo de enfrentarse, dialogar, “hacer ruido” y mezclarse con los demás, convirtiéndose en la base de una sociedad amiga y solidaria”.

Ha añadido que esa base solidaria “es fundamental en los contextos complejos y plurales en los que vivimos; derribar algunas barreras para inaugurar un mundo más conforme al hombre, más fraternal, aun cuando esto suponga enfrentar muchos retos”.

Tres invitaciones

Francisco ha dirigido tres pequeñas invitaciones para animar a los jóvenes. La primera de ellas es abrazar la cultura del cuidado. “Hacerse cargo, cuidar, significa desarrollar una actitud interior de empatía, una mirada atenta que nos lleva a salir de nosotros mismos, una presencia amable que supera la indiferencia y nos impulsa a interesarnos por los demás. Este es el antídoto contra un mundo cerrado que, impregnado de individualismo, devora a sus hijos”.

“Como cristiano, pienso en Jesús y veo que sus acciones estuvieron siempre animadas por el cuidado. Cuidó las relaciones con todos los que encontraba en las casas, en los pueblos y en los caminos. Miraba a la gente a los ojos, escuchaba sus peticiones de ayuda, se acercaba y tocaba sus heridas. Entró en la historia para decirnos que el Altísimo cuida de nosotros; para recordarnos que estar del lado de Dios significa hacerse cargo de alguien y de algo, especialmente de los más necesitados”.

Campeones de fraternidad

La segunda invitación que ha realizado el Santo Padre ha sido sembrar fraternidad. Con insistencia les ha indicado “¡Sean campeones de fraternidad! Este es el desafío de hoy para el triunfo de mañana, el desafío de nuestras sociedades cada vez más globalizadas y multiculturales. Todos los instrumentos y la tecnología que la modernidad nos da no bastan para que el mundo sea pacífico y fraterno. En efecto, los vientos de guerra no se aplacan con el progreso técnico”. Ha indicado que “los jóvenes, que son más directos y capaces de establecer contactos y amistades, superando los prejuicios y las barreras ideológicas, quiero decirles que sean sembradores de fraternidad y serán cosechadores de futuro, porque el mundo sólo tendrá futuro en la fraternidad. Es una invitación que encuentro en el centro de mi fe”.

Tomar decisiones en la vida

En la tercera invitación se ha referido al desafío de tomar decisiones en la vida. “No existe una vida sin desafíos que afrontar. Y siempre, frente a un desafío, como ante una encrucijada, es necesario elegir, involucrarse, arriesgarse, decidir. Pero esto requiere una buena estrategia, no se puede improvisar viviendo sólo por instinto y al instante”. Ante esto, Francisco ha planteado las siguientes cuestiones “¿Y cómo se hace para prepararse, para entrenar la capacidad de decidir, la creatividad, la valentía, la perseverancia? ¿Cómo afinar la mirada interior, aprender a juzgar las situaciones, a captar lo esencial? Se trata de crecer en el arte de orientarse en las decisiones, de tomar la dirección correcta”.

Francisco ha finalizado su mensaje indicando a los jóvenes que “los necesitamos, necesitamos su creatividad, sus sueños y su valentía, su simpatía y sus sonrisas, su alegría contagiosa y también esa pizca de locura que ustedes saben llevar a cada situación, y que ayuda a salir del sopor de la rutina y de los esquemas repetitivos en los que a veces encasillamos la vida”. Les ha animado a no perder nunca la valentía de soñar y de vivir en grande, invitándoles a “apropiarse de la cultura del cuidado y difúndanla; sean campeones de fraternidad; afronten los desafíos de la vida dejándose orientar por la creatividad fiel de Dios y por buenos consejeros”.