La amistad de Jesús con sus fieles, protagonista en el Evangelio de este domingo

Uno de los momentos íntimos de amistad profunda y de relación densa que vive el Señor con los Apóstoles es el momento de la Última Cena. Se ha reunido con ellos para celebrar la Pascua de los judíos en un momento de máxima tensión, Jesús empieza a ser una persona discutida en Jerusalén y ya han determinado que hay que acabar con él.

En este contexto, el Señor dedica mucho tiempo a darles los últimos mensajes para hacerles fuertes en el momento de la soledad que va a llegar por la Cruz. Es tan importante este encuentro que el evangelista San Juan le dedica 5 capítulos de su Evangelio a las palabras de Jesús durante la Última Cena.

En el Evangelio de este domingo escucharemos, en el capítulo 15, la narración que hace el Señor sobre que es el amor entre los amigos, y les va dando unos cuantos detalles que nos pueden ayudar para nuestra vida cristiana.

Lo primero es un mandato que les da: “Permaneced en mi amor”. Es un mandato que es también un deseo y es muy importante para todos nosotros. El Señor nos está diciendo que permanezcamos en su corazón y además nos da la clave. La palabra es muy sencilla: “Permanecéis en mi amor si guardáis los mandamientos”. Nosotros podemos hacer un relato de los Diez Mandamientos, pero es bueno de vez en cuando que los miremos uno por uno para ver si los cumplimos.

Permanecer en su amor significa vivir siempre en la alegría, mantenernos alegres. No quiere decir que no vamos a tener momentos de dificultad, sino que tengamos todas esas realidades complicadas en un marco de alegría. El Señor nos cuida. Todo esto va de la alegría y del amor.

Podemos poner ejemplos incontables de santos que han vivido, siempre alegres, en circunstancias complicadas. Por tanto la alegría va unida al cumplimiento de los mandamientos. Cuando uno está dispuesto a entregar la vida por el otro, eso se hace sobre todo por los amigos. De algún modo les está anunciando que Él va a morir por ellos.

El Señor, cuando está dando la vida en la cruz, la está dando por todos. Para el Señor todos somos amigos y está dispuesto a amar a todos intensamente, de manera infinita.

Hay un último descubrimiento que hace el Señor en este Evangelio. Nos llama amigos porque a nosotros nos ha contado todo lo que sabe de su Padre. De alguna forma es un sentimiento humano. Las grandes cosas de nuestras vidas se las contamos a nuestros amigos. Él nos revela el amor del Padre y por eso nos llama amigos.