Homenaje a Monseñor Juan del Río en ‘Unidos en COPE’: ”Tenía una capacidad impresionante para tender puentes”

Los directivos de Cáritas, Manuel Bretón y Rafael Barbudo recuerdan el importante papel de don Juan del Río como arzobispo castrense

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El coronavirus se ha llevado por delante la vida de muchas personas queridas, entre ellas la de Monseñor Juan del Río, arzobispo castrense. 'Unidos en COPE' ha querido rendirle homenaje con dos personas que le han conocido de cerca, Manuel Bretón, director de Cáritas y Rafael Barbudo, director de Cáritas castrense.

Manuel Bretón ha recordado a Monseñor del Río como una persona muy próxima, y “con unas capacidades impresionantes de tener puentes”. Al pensar en su figura, Rafael Barbudo recuerda con cariño la primera conversación que mantuvieron al hacerse cargo de Cáritas castrense. Entonces, don Juan le repitió una frase de San Juan Pablo II: “No tengas miedo”. Años después, Barbudo reconoce que era toda una lección: “Me dijo que Dios está detrás, que es quien nos ayuda y que la obra que estamos haciendo no es nuestra, es de Dios”.

La amistad del director de Cáritas con el arzobispo comenzó en un viaje en Granada, en el que surgió la idea de crear una Cáritas castrense: “Me planteó poner en marcha una Cáritas nueva distinta a las demás, ahí empezó todo”, recuerda ahora Bretón.

Monseñor Juan del Río no conocía el mundo militar, pero no tuvo ninguna dificultad para adaptarse. Barbudo y Bretón corroboran que era una persona muy inteligente, y que asumió el cargo perfectamente, “encontró el papel de la Iglesia dentro de las Fuerzas Armadas y dio sentido al clero castrense”. En este sentido, el actual director de Cáritas castrense destaca su papel fundamental: “Ha conseguido dar el sentido religioso y de la caridad dentro de las fuerzas armadas”. Lo explica con un ejemplo: “Don Juan nos decía: tenéis que salir al encuentro, a los caminos para ver dónde está la pobreza, porque la pobreza existe, existe en todos los ámbitos, no solo la pobreza material, sino la pobreza de ánimo”.

Esa es precisamente la labor de Cáritas castrense, la integración de la Iglesia con la problemática de soldados, policías y guardias civiles. Los dos cuentan que ha sido un trabajo complicado, una labor “muy de día a día”. También es uno de los mayores regalos que ha dejado del Río, “imbuirnos de la dimensión universal de la caridad. Él decía, vosotros sois militares, o sois policías, o sois Guardias Civiles, pero la caridad no tiene límites, no tiene fronteras”, señala Barbudo.

Además de toda su obra, Barbudo y Bretón se llevan sobre todo la relación personal que mantuvieron con el arzobispo. Explica Barbudo que del Río era “un hombre de relaciones personales”. Un buen ejemplo de ello es que en su funeral a los pies del féretro había una corona de flores que envió el soldado Emilio, un soldado con Esclerosis Múltiple al que don Juan ayudó mucho. “Ese ramo de flores tenía el mismo valor que el de las grandísimas autoridades que acudieron”, indica Rafael.

En este sentido, Manuel Bretón recuerda una anécdota muy especial. Cuando celebró sus bodas de oro su gran ilusión era ir a Roma, se lo comentó a don Juan y él le llamó cuatro días después con todo resuelto para que pudiera encontrarse con el Papa. “Fue uno de los momentos más importantes de mi vida” agradece Bretón.

La inesperada despedida de Monseñor Juan del Río ha sido un duro golpe para toda la familia castrense y también de Cáritas. No obstante, Manuel Bretón y Rafael Barbudo están convencidos de que el arzobispo les sigue ayudando desde el cielo.