La Virgen de la Viñas, patrona de Aranda y su Ribera, coronada hace más de cien años

La historia de la Virgen de la Viña se remonta años atrás en el tiempo. En otra España distinta a la que hoy conocemos, en un una península donde los cristianos se veían perseguidos por la presión de Al-Ándalus. En ese tiempo, huían los habitantes de Lara, tierra burgalesa, de las invasiones árabes en el siglo XI. Con ellos portaban la imagen de la Santa María de Lara, que decidieron enterrar al llegar a la zona que hoy conocemos como el Monte Castaján, para defenderla de los invasores.

Tendrían que pasar años para que más tarde, un labrador de la zona de Aranda, mientras se encontraba trabajando sus viñas, descubrió la imagen que antes había quedado enterrada. La talla de la Virgen habló y le pidió ser desenterrada y venerada en aquel lugar.

Como muestra de que realmente era la madre de Dios la que hablabal, la Virgen hizo dar fruto a la cepa sobre la que se posaba sin ser su tiempo, sin encontrarse en el momento del año durante el que los viñedos florecen. El labrador, asombrado, corrió a contarlo a sus vecinos y desde entonces se venera a la imagen como la Virgen de las Viñas, patrona de Aranda de Duero y su Ribera. Esta es su oración:

Oración:

Virgen Santa de las Viñas,

Tú que tienes gran poder

defiende la Fe de España

y no la dejes perder.

Patrona Excelsa

bien te mereces

que todo Aranda

cante estas preces.

Gozo de nuestras campiñas,

Flor de Aranda y su región.

¡Virgen Santa de las Viñas,

sálvenos tu protección!

Centenario de la coronación canónica

Un detalle sobre Nuestra Señora de las Viñas es su coronación canónica que tuvo lugar el 9 de Septiembre de 1917. Precisamente esta fecha la convierte en una de las primeras Vírgenes en ser coronada entre las más conocidas de nuestro país. El acto se llevó a cabo fruto de la petición de Dª. Josefina Arias de Miranda (Camarera de la Virgen) y D. Alfonso Rozas (Párroco de Santa María), que propusieron al Ayuntamiento de la Villa y a las autoridades eclesiásticas que se llevase a cabo la coronación.

Las coronas se financiaron por suscripción popular y los arandinos se volcaron entregando oro o joyas para su fabricación a manos de la firma madrileña "Sobrinos de Nicolás Asenjo". Como curiosidad, fue el Ilustrísimo Sr. Dr. D. Remigio Gandásegui, Obispo de Segovia, al estar vacante la diócesis de Osma a la que entonces pertenecía Aranda, el que presidió la ceremonia y ejerció de orador el Ilustrísimo Sr. Dr. D. Luis Calpena, Magistral de la Real Capilla.

En aquella época y con una gran emoción se interpretó la Marcha Real, repicaron las campanas y resonaron cohetes y bombas celebrando el acontecimiento. El acto finalizó con el canto de un Te Deum. De tan grandes acontecimientos, se celebró el centenario en el año 2017.