Santa Cristina, de pagana a hija de Dios y mártir
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Muchas son las adolescentes que en la persecución de Roma contra los cristianos no tuvieron miedo a morir por Cristo. Hoy celebramos a Santa Cristina, que formó parte del cortejo que lavó sus vestidura en la Sangre del Cordero y fueron blanqueadas. Su vida transcurre en el siglo IV. Nacida en la parte romana deToscana, en una zona donde se entremezclaron diversas culturas, su padre, de nombre Urbano, es un pagano enemigo y perseguidor de los cristianos.
Esto no repercute en su hija, porque la pequeña ha sentido curiosidad por los cristianos, sintiendo horror ante las ejecuciones mandadas por su padre contra los creyentes en Cristo. Pronto esa inquietud se convierte en simpatía, hasta que toma contacto con un grupito de mujeres que le instruyen en la Fe, haciéndose bautizar y formar parte de los cristianos. Ahora ya se siente una cristura nueva, no sólo regenerada sino elevada a la categoría de hija de Dios.
Así es como se pone de nombre Cristina, profundizando cada vez en los sufrimientos del Señor que ahora les toca a los discípulos, para imitar al Maestro que ha pasado por delante por todos los sufrimientos hasta morir para resucitar y liberarnos. Tras romper las estatuas de los dioses que guardaba su padre con esmero, recoge los restos que son piedras preciosas y las distribuye entre los necesitados. Esto exaspera a su padre que, encolerizado, manda torturar a su hija.
Pero ella sale milagrosamente ilesa de cada uno de los suplicios. Una vez en la cárcel, siente el consuelo de Dios, hasta que por la muerte de su padre, dos nuevos gobernadores se hace cargo del asunto sucesivamente. Otra vez surgen infinidad de suplicios hasta que es atada a un árbol donde sea asaeteada, entregándose a Dios. Las reliquias de Santa Cristina son llevadas a Palermo de Sicilia donde será venerada.