SANTO 18 AGOSTO
Santa Elena, testigo de la Cruz
Hoy, XX Domingo dle Tiempo ordinario, es Santa Elena.
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Estos días la Palabra de Dios continúa los domingos con el discurso de Cristo Pan de Vida. El Señor les tiene que explicar lo que significa comer su Cuerpo y beber su Sangre. Es necesario abrirles el entendimiento, porque los judíos se resisten a entender. No tienen la Fe necesaria para descubrir a Dios hecho Hombre en Jesús de Nazaret. Hoy, en este XX Domingo del Tiempo Ordinario, celebramos a Santa Elena.
Nacida en Daprasano (Nicomedia), es originaria de familia pobre, que está inmersa en el paganismo. Ya de pequeña siente horror ante las matanzas de cristianos, y no entiende esta masacre. A los 23 años contrae matrimonio, del que nacerá Constantino. Posteriormente su marido la repudia para poder casarse con la hijastra del emperador Maximiano y mantener el poder, llevándose a la Corte a su hijo.
El testimonio de Eusebio de Cesarea habla de la condición cristiana de Elena quien, sin duda tiene parte en el Edicto de Milán, cuando su hijo decreta el fin de la persecución contra los seguidores de Cristo en el año 313. Previamente, tiene lugar la batalla del emperador contra los bárbaros, venciéndoles gracias a la Cruz que vislumbra en el Cielo y la inscripción en la que leyó: “Con esta Señal vencerás”. Cuando la madre llega a los setenta años, marcha a Tierra Santa.
Su intención es descubrir el Santo Leño donde el Señor entregó la vida por todos. Para ello, al salir las tres cruces en las excavaciones puso un enfermo sobre cada una, reconociendo la del Redentor como aquella sobre la que sanó la moribunda que había colocado encima. Una vez hallada, hicieron tres partes que fueron a Constantinopla, Jerusalén y Roma. Después de morir, sus restos se llevaron a Roma donde reposa actualmente.