Moncloa se aferra al "fango" como plan para mantener a flote a Pedro Sánchez y a su esposa, mientras Begoña Gómez entrará en los juzgados de Plaza Castilla por el garaje para declarar como investigada por un presunto delito de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Patricia Rosety tiene acceso a los detalles de la declaración.

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La cita judicial de Begoña Gómez repercute en el ánimo de unos socialistas que reconocen sin ambages su error tras haber restado importancia a las diligencias. "No se calculó bien el alcance", flaquean diputados y senadores. Se ha desvanecido la confianza de círculos del PSOE de pasar página a una investigación abierta el pasado abril contra la mujer de Pedro Sánchez arremangada.

Begoña Gómez

Por el garaje y no por la puerta principal. Begoña Gómez evitará el paseíllo. María Jesús del Barco, juez decana de Madrid, accede a la petición de Moncloa atendiendo a razones de seguridad y "para prevenir cualquier incidente de inseguridad a la entrada de los juzgados", como ha podido saber Patricia Rosety.

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En el acuerdo gubernativo señala del Barco que la petición de Moncloa no especificaba los motivos y entonces pidió que precisara las circunstancias que pudieran poner en riesgo la integridad física de Begoña Gómez. Debe existir una justificación como excepción a la regla para todos los ciudadanos y debe casarse el menor perjuicio posible al resto de actuaciones procesales.

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Gómez estará acompañada por un dispositivo de seguridad, cuatro vigilantes de la empresa del edificio controlarán el juzgado de Peinado y se inspeccionará de forma minuciosa toda la zona, tanto a la entrada como dentro. Añade la juez decana que esta medida no supone privación del derecho a la información. Se permitirá la entrada a los periodistas, eso sí, de determinada manera.

La estrategia

La Moncloa prosigue con la estrategia de confiar en el archivo de las diligencias e incluso de negar consecuencias en la imagen del presidente y de su esposa. "La actualidad queda rápidamente amortizada, todo se diluye a gran velocidad", sostiene el entorno presidencial.

Entre tanto, el malestar con el juez Juan Carlos Peinado es evidente y recorre las líneas del poder donde refuerzan el mensaje de Sánchez sobre la existencia de una cacería ultraderechista contra él, además de invocar "el fango" para defenderse del marcaje de un PP que lo señala como responsable último de las actividades de Begoña.