Carmen Cordón, en COPE: "Di en mano 400 millones de pesetas a Silva Sande y ya había matado a mi padre"
La hija del empresario zaragozano, Publio Cordón, ha contado en Fin de Semana lo que su familia padeció hace 29 años, un sufrimiento que sigue vivo a un año de que prescriba crimen
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Hay que remontarse a junio de 1995. España vivía una de sus peores sequías y el periódico El Mundo publicaba que el CESID, los servicios de inteligencia, llevaban años espiando y grabando a políticos, empresarios y periodistas.
Estas noticias acaparaban las portadas de la época, hasta que llegó el 27 de junio. Aquel día, a las 7:30 de la mañana, el empresario Publio Cordón era secuestrado por los GRAPO en Zaragoza. Había salido a correr por el Canal Imperial de Aragón, muy cerca de su casa. El comando terrorista le estaba vigilando, le vieron solo y fueron a por él. Fue introducido a la fuerza en un coche, en un polígono cercano cambiaron de vehículo y condujeron hasta la ciudad francesa de Lyon. Allí, dos miembros de los GRAPO habían alquilado una casa. Publio Cordón fue encerrado en el interior de un armario de 1,70 metros de largo por 1,20 metros de ancho. Su cautiverio duró 16 días -se supo por los palos que marcó en la madera del armario-.
Transcurrido ese tiempo se cree que logró salir del armario e intentó huir por una ventana. Resultó herido de gravedad. Los terroristas le encontraron con vida, pero no le trasladaron a un hospital. Mientras esperaban instrucciones de la organización, Publio Cordón falleció.
Los GRAPO ocultaron su muerte. Pidieron un rescate de 400 millones de pesetas que la familia pagó. Los terroristas anunciaron su liberación, pero sin decir dónde.
Publio nunca regresó a casa Este es el relato de los hechos según la Fiscalía. Una vez detenidos, los terroristas aseguraron que el empresario fue enterrado en el Mont Ventoux, una zona montañosa a 250 kilómetros de la casa de Lyon. Pero el cuerpo nunca ha sido encontrado.
29 años después, su hija Carmen en Fin de Semana
Acaban de cumplirse 29 años del secuestro y muerte del empresario zaragozano. La serie documental “Publio. El secuestro sin fin”, ha sido estrenada hace unos días. En ella, Carmen Cordón, hija del empresario, es el hilo conductor que nos descubre quién era Publio Cordón y cómo vivieron aquellos días de junio de 1995, un recorrido por aquel infierno que padeció la familia Cordón y que ha repasado con Cristina López Schlichting.
Para empezar, Carmen revela que aquella herida que comenzó a finales de aquel mes de junio de hace casi tres décadas, sigue abierta, "profunda, uno aprende a vivir sin mirar hacia adentro, lo tienes ahí, tapadito, como en una caja. Una caja de sentimientos tristísimos que aún no hemos podido resolverlos. Aprendes a vivir sin haber enterrado ni el caso ni a un ser querido y se vive mal porque duele".
Pero recordando lo que sufrieron entonces y siguen padeciendo ahora, han querido que la historia de su padre no muera en la memoria colectiva de todo un país. "Que se sepa que había un grupo terrorista tan asesino y lo que hizo. Que haya la justicia de la memoria que secuestraron a un buen hombre y acabaron con su vida, eso consuela".
Carmen estaba recién casada y embarazada cuando secuestraron a su padre, "cogí las riendas junto con mi madre de todo", recuerda que las empresas sin su padre "comenzaron a tambalearse, además del horror de saber que estaba en manos de terroristas sanguinarios y había que salvarle la vida; había que conseguir un dinero que no teníamos y había que esquivar a la Policía y solo pensaba en que había que salvar a mi padre y saqué de fuerzas de donde pude".
Rememora que aquel embarazado "fue el menos sentido de la historia porque era tal horror que sentíamos cuando recibíamos las cartas de mi padre en las que decía que tenía miedo. Teníamos tal necesidad de salvarle que en lo que menos pensaba era en el embarazado. Gracias a Dios nació mi hijo que ahora tiene 28 años. Ha pasado toda una vida desde entonces" y lamenta que eso también se lo robaron a su padre y "todos los consejos que él me habría dado".
400 millones de pesetas en mano a los terroristas
"Cuando pagamos creíamos que le estábamos salvando la vida, yo fui a París y les di el dinero a los terroristas que nos apuntaban con pistolas. Les dije, tenéis el dinero, dónde está mi padre. Iba con mi marido y mi misión era darles el dinero y que nos dieran a mi padre. Nos dijeron que en unos días llamaremos y le soltaremos, nos fuimos y nos conformamos", relata con dolor Carmen Cordón.
Y a aquel terrorista al que Carmen dio el dinero, al mismísimo dirigente de los GRAPO, Fernando Silva Sande, que le custodió en el zulo, "colaboró con la Policía y confesó que mi padre ya estaba muerto cuando cobraron el dinero. Pero no sabemos qué pasó porque el cuerpo de mi padre no se ha encontrado. Igual se cayó, como dice Silva Sande o igual lo mató él porque el juez Bermúdez estuvo en el zulo y vio es que por donde se supone que huyó, quizás te rompe la muñeca, pero no te matas".
La familia no se cree la historia de los GRAPO, y menos que lo enterraran en el Mont Ventoux, una zona montañosa a 250 kilómetros de la casa de Lyon, muy visitada en agosto.
¿Cómo afrontasteis el pago de ese dinero? "Teníamos 16 millones de pesetas, nos pedían 1.000 millones, negociamos con ellos y conseguimos darles 400 millones y el resto cuando entregaran a mi padre. No teníamos 400 millones de pesetas, sacamos de caja de las empresas, más dinero de mi tía, amigos y conseguimos 200 millones y los otros 200 millones nos lo prestó un banco y es un crédito que hemos estado pagando hasta hace poco", desvela Carmen Cordón.
En un año prescribirá el caso, la familia pide que se busque el cuerpo
El terrorista "arrepentido" Silva Sande está ya en libertad y vive en su pueblo en Galicia. A Carmen, el director del documental sobre el secuestro de su padre le propuso que fueran a verle, algo que no ha querido hacer. "La última vez que lo vi fue en el juicio y no se atrevía a sostenerme la mirada. Cuando sí me miró fue en París cuando le di el dinero. No quiero verle, me repugna. Es mentiroso, me han dicho que ha perdido la cabeza. ¿Para qué le quiero ver? Han mentido siempre y se mantienen firmes en su mentira", dice con firmeza.
La familia de Publio Cordón lo que sí tiene claro es que sus restos mortales están en algún sitio y no es donde dicen los GRAPO que le secuestraron y mataron. "Nos encantaría entrar en la casa de Lyon porque allí puede estar el cadáver. Pero no se ha buscado porque la Guardia Civil creyó a pie juntillas la versión de Silva Sande y fue un error no mirar en la propia casa como primera línea de investigación".
Dentro de un año prescribe el caso "y todo el mundo mira para otro lado y ya está. Nosotros insistimos, hay que investigar en la casa en la que le tuvieron. Nos enteramos que le habían matado en 2017, nosotros buscarle le hemos buscado siempre, "pensábamos mil hipótesis como que si dejaban sueltos a los presos de los GRAPO, soltarían a mi padre".
Carmen Cordón hace ese llamamiento para que se busque al menos antes de que se cumplan los 30 años, "es igual que el caso de Marta del Castillo, el cuerpo no ha aparecido y si no hay cadáver no hay asesinato", concluye.