"Vienen a buscar tranquilidad y a reflexionar", así describe la hermana Soledad, una de las doce monjas que regentan la hospedería de Santa Ana, en Lazkao, el objetivo de los cientos de huéspedes que se acercan hasta el edificio, que se ha convertido en la alternativa a los habituales destinos vacaciones, sobre todo, para aquellas personas que buscan un retiro.

Desde 1993 la hermana Soledad abre la puerta a quienes buscan silencio. Se trata de un auténtico hotel de monjas en el que lejos de grandes lujos, la joya que alberga es un espacio para rezar que agradecen todos aquellos que se acercan hasta el corazón de Gipuzkoa. Y es que hasta la localidad llegan deportistas y alumnos del Euskaltegi de Lazkao. "Es una rutina que empieza y termina con la oración", asegura.

20 euros a cambio de silencio

Esta reconocida hospedería se ha convertido en un lugar de encuentro hasta donde llegan personas de todo el mundo, aunque en verano, sobre todo, ofrece la posibilidad de acoger a familias, que llegan de visita. La norma del edificio es mantener el silencio en las siete habitaciones, seis de ellas individuales y la otra para matrimonios, que alberga el entono. Una estancia diferente, pero muy reconfortante que se puede adquirir por 20 euros por noche, y si es solo una, 25 euros.