Un anciano va a un bar en plena ola de calor, pide un refresco y la respuesta del camarero deja a los clientes sin palabras: "Me parece..."

Trabajar de camareroimplica un alto nivel de exigencia. Las jornadas suelen ser extensas, muchas veces transcurren de pie y con horarios que dificultan la conciliación personal.

Un cliente tomando un refresco de naranja

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Un cliente tomando un refresco de naranja

María Bandera

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

No cabe duda de que el trabajo de camarero implica un alto nivel de exigencia. Largas jornadas laborales, muchas veces de pie y con horarios que dificultan la conciliación personal. 

A estas dificultades se añaden condiciones laborales que, en muchos casos, pueden no ser las más deseables con contratos de corta duración, escasas posibilidades de promoción con cierta inestabilidad laboral lo que favorece la rotación constante del personal o una  baja implicación del personal.

Sin embargo, pese a esta realidad,  el sector hostelero cerraba 2024 con un balance considerado 'positivo'. Lo aseguraba Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, quien ha subrayado que la actividad ha conseguido mantener la tendencia de crecimiento de años anteriores y alcanzar una demanda más estable.

Un cliente tomando un refresco de naranja

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Un cliente tomando un refresco de naranja

los bares en verano

Precisamente cuando llega el verano,  bares y restaurantes, experimentan un aumento importante en su actividad, impulsados por el turismo y la mayor frecuencia de salidas y celebraciones. Esto convierte a estos establecimientos en puntos clave para la contratación en esta estación. 

Para José Luis Álvarez, presidente de Hostelería de España, se espera una "buena" campaña veraniega, aunque reconoce que los empresarios siguen enfrentando desafíos, especialmente por el aumento de los costes laborales, que este año sustituyen a los energéticos como principal fuente de presión.

Álvarez también ha señalado que no se trata de una falta de mano de obra en general, sino de escasez de trabajadores con la cualificación necesaria, especialmente para cubrir roles de mayor responsabilidad. 

En un entorno donde las oportunidades laborales son numerosas, cobra especial importancia que los empleados estén al tanto del cumplimiento de sus derechos.

Así lo ha defendido el camarero Jesús Soriano —más conocido en redes sociales  como Soy Camarero, que ha hecho un llamamiento a los trabajadores para que revisen cuidadosamente aspectos como el registro de horas extraordinarias, los descansos establecidos por convenio y los posibles solapamientos entre turnos.

El fin es lograr un equilibrio entre el auge de contrataciones que trae el verano y la garantía de condiciones dignas para quienes mantienen en marcha el sector durante una de las épocas más complejas del año. 

Precisamente Soriano se ha hecho eco en su cuenta de Facebook de una reseña  realizada por el cliente de un bar y la respuesta de uno de los camareros y que tiene que ver con el cumplimiento de horarios en este sector. 

Imagen de recurso

EFE

Camarero cobrando en un bar

"le han negado una fanta de limón a un señor mayor"  

La queja del cliente, visiblemente ofendido,  relata lo sucedido. "Estábamos en el local, cierran a las 13 horas, eran las 13:14 y le han negado una fanta de limón a un señor mayor". 

Los que trabajamos en hostelería también sufrimos esa ola de calor y por parte del cliente empatía cero" 

Lucía

@soycamarero

Y añadía: "Entiendo que según su horario debían estar cerrados, pero si seguían abiertos y con gente en el local, me parece una falta de empatía no querer venderle un refresco a un señor mayor en plena ola de calor". 

El establecimiento no tardaba en responder, todo hay que decirlo con mucha educación y bien explicado. 

“Hola Montse para aclarar, al señor se le ofreció la fanta de limón para llevar y fue él quien decidió no aceptarla. Nuestro horario de atención finaliza a las 13 horas (como mencionas bien). Aunque vosotras aún permanecíais en el local, ya estábamos cerrados. Lamentamos que se hable de la falta de empatía cuando permanecer dentro del establecimiento 14 minutos después del cierre, también podría considerarse una falta de consideración hacia el personal”.

Los comentarios no se han hecho esperar, sobre todo en apoyo a la camarera.  Algunos como José Antonio, muestra su malestar con el comportamiento de algunos clientes y plantea "hacer lo mismo entrando en los supermercados cuando están cerrando porque todavía hay gente en las cajas.  Parece que en la hostelería los empleados no tienen ningún derecho, ni a salir a su hora". Otros como Lucía recuerdan que  "los que trabajamos en hostelería también sufrimos esa ola de calor y por parte del cliente empatía cero". 

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