José Tomás y el silencio más comunicativo
A finales de la pasada semana saltaba la noticia. José Tomás vuelve a los ruedos españoles en Algeciras más de un año y medio después de su último paseíllo en la plaza de toros de Valladolid. Hablar de reaparición no corresponde a la trayectoria ‘guadiana’ del torero de Galapagar en los últimos años. Como no se ha ido, no podemos decir que reaparezca.
El empresario José María Garzón y la plaza de toros de Algeciras se han llevado este primer premio gordo del año que ofrece la lotería de José Tomás. Algo bien habrá hecho Garzón y su equipo de Lances de Futuro para ser agraciados, sin duda.
Algeciras después de mucho tiempo. José Tomás sigue con su idea de torear cuándo, donde y cómo quiera. Su planificación se sale de la norma. Lo suyo no son temporada, son apariciones esporádicas esparcidas con cuenta gotas.
¿Acertado? ¿Equivocado? ¿Compromiso? ¿Desafección? Con José Tomás no cuadra nada a lo que estamos habituados. Él puede permitirse el lujo de estructurar sus temporada como le vengan en gana.
No sabemos cómo es su forma física, su motivación mental, su preparación más allá de rumores… Con él todo es una incógnita.
No sé si el toreo puede permitirse el lujo de prescindir de una figura histórica como es José Tomás en tiempos difíciles. La Fiesta ha continuado pese a su ausencia o su presencia testimonial en los últimos años. Es incuestionable
Pero como aficionado, nos queda el resquemos de estar perdiéndonos a un torero por el que hemos hecho kilómetros y kilómetros, con el que hemos disfrutado viendo uno de los toreos más puros de la historia de la tauromaquia. Nos hemos perdido mucho. Pero no sabemos por qué. Su silencio es su forma de comunicarse.
Nos tocará ir a Algeciras en busca del maná de su toreo. ¿Y después de Algeciras? Tendremos que seguir pendientes de nuevo del silencio de José Tomás…