La necesidad de un reglamento taurino único para toda España
Pues la liebre la ha levantado la Junta de Andalucía. El Consejero de Presidencia Antonio Sanz, durante la primera reunión del Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía desvelaba que pretenden impulsar un reglamento taurino único para toda España.
En este estado de las autonomías, con esa pulsión localista que todas la regiones han tenido en algún momento de estos cuarenta años de democracia, los toros no escaparon de esas pretensiones diferenciadoras. Varias autonomías apostaron por un reglamento propio que hiciese aflorar un sentimiento diferenciador de la tauromaquia en esa parte de España.
Algo tan absurdo como pretender que cada partido de fútbol se juege con un reglamento diferente en cada estadio.
Bienvenida la idea de la Junta de Andalucía y ojalá su pretensión de involucrar a otras comunidades autónomas lleguen a buen puerto. Madrid, Castilla León o Murcia, por afinidad de partido, deberían sumarse a esta iniciativa. Pero Andalucía debería luchar porque otras autonomías como Extremadura, Castilla La Mancha, la Comunidad Valenciana, Aragón, Navarra y sobre todo País Vasco, se mostrasen partidaria de esta unificación de reglamentos.
Buscar hechos diferenciadores en cuestiones taurinas es absurdo a la hora de reglamentar un espectáculo que tiene la misma raíz y fin. No se puede ir con diecisiete reglamentos en un coche de cuadrillas como sigue ocurriendo a día de hoy. Como la extreñeza de los aficionados cuando un torero no puede salir a hombros en una u otra plaza porque no ha cortado dos orejas a un mismo toro dependiendo de en qué comunidad esté.
Otra cuestión sería, una vez implicadas más autonomías, actualizar este reglamento único, eso sí, sin perder la esencia y la integridad del espectáculo. Algo que se antoja necesario y casi urgente, si se me permite. Hay trabajo por delante…
Y otra cuestión que viene labrándose en un silencio tenebroso o a través de esas bocas pequeñas que preceden a dentelladas grandes. Los ataques a la Fundación Toro de Lidia por parte de aquellos que quieren manejarlo, controlarlo y lucrarse de todo. Que el trabajo de la Fundación puede mejorarse? Pues claro que sí. Pero que se dude de lo conseguido con dedicación y trabajo callado, me parece mezquino. Sobre todo porque los que debían de haber trabajado antes no lo han hecho y estoy seguro que no lo harán en un futuro. Por unas figuras ensimismadas en sí mismas que tienen que delegar en personas sin la más mínima formación para acometer semejante tarea. Marionetas de quienes siempre intentan copar todo. Quizá vaya siendo hora de que todo el mundo se quite las caretas, y mejor que se bajen del barco y dejen trabajar. Y que cierren la puerta al salir, por favor…
El link que se ha hecho de Teresa Carrasco es incorrecto. La intérprete de “Gaabandal, solo Dios lo sabe” no es la actriz cubana a la que se hace el link. Más sobre el reparto de “Garabandal, solo Dios lo sabe” en: https://www.peliculagarabandal.com/inicio/reparto
Buenos días, Beatriz:
Gracias por la corrección. Ya lo he quitado, dado que no he encontrado más biografías sobre los intérpretes.
Un saludo
Gracias, José Luis! Por lo demás, precioso artículo!!! Dios te bendiga
Gracias a ti, Beatriz.
Lo importante, más que haya quedado mejor o peor la crítica, es que trascienda su contenido. Y mí la película me parece un testimonio muy valioso. ¡Dios te bendiga a ti también!
Un saludo