Los males, internos, que acechan a la Fiesta
Decíamos la semana pasada que el mundo del toro ha entrado en eso que llamamos el ‘invierno taurino’. Y decíamos también, que por mucho que hablemos, que nos pongamos sesudos, todo quedará en eso, en palabras que se las llevará el viento. Pero aquí somos inasequibles al desaliento en muchos aspectos…
Y por ello, hoy intentaremos discenir y poner voz y letra a todos esos problemas que creemos que el sector debería abordar de cara a un futuro muy cercano.
Creo que el principal problema que tiene este mundo es el económico. Un festejo taurino, a excepción de muy contados casos, un espectáculo deficitario. Eso se lo escuchamos día sí y día también a los empresarios cuando lloran por las esquinas. Todos pierden pasta, dicen… Pero está claro que se ha enquistado una forma de organizar festejos en el que el ingreso atípico se ha convertido en fundamental para maquillar las cuentas. No para añadir la guinda… si no como ingrediente principal del pastel a repartir. Y esto en un lastre tremendo. El dinero vía subvención pública, que lo hay y no lo podemos negar, el dinero de la televisión ahora ya mucho menos, es parte esencial para el devenir de las principales ferias de la temporada.
ANOET debería trabajar, presentar un plan de trabajo en el que se abordase la arquitectura económica de un festejo para intentar hacerlo viable economicamente. Y eso, es trabajar…
Tampoco nos podemos olvidar del tema de la integridad del toro bravo, tan amezada en los últimos tiempos y tema de denuncia de los aficionados. Deberían volver a ponerse en marcha esos análisis aleatorios de pitones para acabar con cualquier sombra de duda, que por motivos objetivos, ahí están. Y no se pueden obviar.
Como tampoco se puede obviar centrar el tema de modelo televisivo que se quiera. Saber a quién se quiere llegar y a través de cómo. No ir a golpe de impulsos y de objetivos cortoplacistas. Que el modelo televisivo de pago sea compatible y complementario al modelo en abierto, que es donde realmente la tauromaquia tiene visibilidad en nuestra sociedad.
Que nos olvidemos de tanto reglamento autonómico y se trabaje por parte del sector en pos de unificar un texto común para todo este país que aún sigue llamándose España…
Mucho, mucho trabajo y veremos si hay ganas de trabajar…