Un San Isidro gris, muy gris
El viernes se desvelaron los carteles de la Feria de San Isidro. Se despejó la duda durante la brillante gala de presentación de las combinaciones que un año más organizó la empresa Plaza 1 sobre el mismo ruedo de Las Ventas.
Ya todo el mundo sabe que Enrique Ponce no podrá torear y que su puesto será ocupado por El Juli. El madrileño, junto a Andrés Roca Rey son las bazas de Simón Casas en un abono ayuno de figuras de renombre.
Y si me pedís que me moje… pues creo que puede ser una feria interesante para el aficionado. Pero para el aficionado “muy cafetero”, que diría Herrera. Si como aficionado te pones a revisar los carteles, es complicado decir que alguno no tenga interés como tal. Pero obviamente, en una visión de conjunto y con la falta de carteles rematados por la notable ausencia de figuras, hace que la feria sea vista con aires de decepción. La Fiesta en general, y San Isidro en particular, no puede permitirse el lujo de dejar pasar un año con una feria de un nivel tan mediocre sin anunciar a varios de los diestros que más público llevan a la plaza. Es como cuando en fútbol, equipos como la Juve, el City, el Barça o el Atleti se quedan fuera de la Champions…
Y esta buena nota media que puede tener el abono para el muy aficionado, baja muchos enteros para el gran público. Aquel que llena las plazas al reclamo de los grandes nombres. Entonces, San Isidro baja mucho esa nota.
Sin Ponce de forma obligada, Morante y Manzanares por no aceptar la fórmula previa del bombo y Talavante alejado de los ruedos, el número de carteles redondos se reduce considerablemente. Solo hay que ver el nivel de los tres carteles de Roca Rey, algo flojos para la apuesta del peruano en Madrid. Tampoco habrá duelo entre él y El Juli, como antes del percance lo iba a haber con Ponce. Se priva al aficionado de la rivalidad entre figuras.
O quizá el sistema, tan perverso por endogámico, ha hecho que se haya producido un tapón y no haya tantas figuras como algunos quieren ver. Porque aquí llamamos figura y maestro a cualquiera que pasa por aquí.
Simón Casas tuvo que tirar de chequera y desbaratar su idea del bombo con la baja de Ponce. El Juli era la solución. O una de las que buscó a última hora. El madrileño sí aceptó e impuso sus condiciones para salvar la papeleta a al productor francés. Ahí está su primer triunfo del año en Madrid. Eso sí, Julián toreará lo que iba a lidiar Ponce. Juan Pedro y Cuvillo, dos ganaderías que el madrileño no suele tener entre sus predilectas cuando se asoma a cosos de importancia en los últimos años.
Bombos aparte, lo que no se sostiene es el actual pliego de condiciones que obliga a un San Isidro tan amplio y extenso. Así, se prima la cantidad sobre la calidad. Carteles baratos, por los que la empresa obtiene notables beneficios, digan lo que digan.
Lo que habrá que ver es si con estos carteles, el abono se resiente y cómo afectará a la ocupación de los tendidos en muchos de los festejos. Fuentes de la empresa, el misma noche de la gala, se aventuraban a adelantar una posible bajada de hasta dos mil abonados respecto al último San Isidro.
Con una feria así, los jóvenes y la segunda fila del escalafón tendrán su oportunidad. Es una feria hecha a medida de ellos. No creo que haya en el futuro una ocasión como ésta para ellos. En su mano está aprovecharla o no.
Quedan casi dos meses para que comience San Isidro, pero su importancia, hace que hablemos de ella con tanta pasión…