Año nuevo… carteles de siempre
Dijimos en el primer Albero de este 2024 que el torero se movía y en estos últimos días se ha comprobado. Ahí están ya los carteles de Valencia. La empresa Nautalia ha querido dejar zanjada la temporada en el coso de la calle de Játiva con la presentación de la Feria de Fallas, del cartel de la Virgen de los Desamparados y la miniferia de la Comunidad Valenciana con la despedida de Ponce. Ahí es nada…
Valencia es la primera feria en plaza de primera categoría después del fogueo de ciclos como Valdemorillo, Olivenza o Castellón. Valencia, con su personalidad festiva y torerista, marca las posiciones del primera escalafón antes de los grandes puertos de montaña de la primavera como son Sevilla y Madrid.
Y cuando uno echa un vistazo a los carteles del ciclo fallero, se da cuenta de que están todos los toreros de la parte de arriba que conforman un armazón ya conocido más de que sobra desde hace años y años. Pese a las dudas iniciales, Morante estará. Como estará un Roca Rey que, al igual que en Olivenza, estará por partida doble en Valencia. Torearán también Talavante, Manzanares, Castella, los sevillanos Aguado y Ortega, el murciano Paco Ureña… lo dicho, de la parte de arriba solo se echa en falta el nombre de Perera.
El conservadurismo endémico del empresariado taurino llega cuando uno ve nombres como los de El Fandi o Cayetano o no aparecen el de un Daniel Luque que conquistó el 2023 con sus triunfos o el de jóvenes triunfadores del pasado año como fue Fernando Adrián. Como bien dice mi compañera Rosario Pérez en ABC, “estocada a la meritocracia”. Ni se reconoce el triunfo ni se premia a la sabia nueva aunque haya entrado a última hora Borja Jiménez como ya adelantó aquí en El Albero nuestro compañero de COPE Valencia Salva Ferrer.
Sí, nos repetimos. Más de lo mismo. Pero es que es así. El pasado año torearon en Fallas Ángel Téllez y Francisco de Manuel. Una vuelta al ruedo dio el toledano y una oreja paseó el madrileño. ¿El premio? No volver este año a Valencia… Ya no es que hubiese un tropezón en forma de tarde desafortunada y ruido de viento. No… hubo premios. Y no hay recompensa mientras a otros se les sigue aguantando gracias a su paraguas protector.
El gran público no sabe de estas intrahistorias taurinas y siguen yendo a las plazas los días de relumbrón al reclamo de las actuales figuras. Y de eso se aprovechan los empresarios. Pero… ¿qué ocurrirá si las empresas siguen sin sacar nombres nuevos, futuras figuras que vayan siendo conocidas por ese gran público? El cortoplacismo sigue siendo la estrategia y nadie piensa en el mañana, cuando esta primera fila abandone por ley natural los ruedos. Por eso me causa cierta hilaridad las frases manidas y tópicas de los medios paniaguados cuando tiran de palabras pomposas y hasta ridículas para el autoconsumo y autoengaño del sector. Apoyar la Fiesta no es bailar el agua… aunque agua es lo que siempre necesita el campo bravo… pero esa es otra historia…