Un americano en París
La “Grande Boucle” de 1990 tuvo, durante el desarrollo de la competición, a varios posibles vencedores: Bauer, Pensec, Chiappucci, Breukink, Delgado e Induráin tuvieron opciones de vencer. Sin embargo, no fue así. Lemond consiguió su tercer Tour de Francia merced, entre otros motivos, a una gran etapa en Luz Ardiden. Analicemos los detalles de lo ocurrido durante tres semanas de infarto rumbo a París.
La prueba gala comenzó con una escapada “bidón”. Bauer, Chiappucci, Maassen y Pensec se marchan en la primera etapa (138’5 km.) y llegan a meta con más de diez minutos sobre el pelotón. Es increíble lo que ha ocurrido, pero cierto. Nadie tiró a por ellos y la carrera francesa se pone del revés. Con esta ventaja, tres buenos corredores (Bauer, Chiappucci y Pensec) pueden dar un salto de calidad y convertirse en ganadores de toda una “Grande Boucle”. Necesitan fuerzas y un buen equipo que les respalde. Y tienen diez minutos de margen, no nos olvidemos.
Las etapas van pasando y empiezan a caer rivales. Bauer no puede con la montaña y Pensec, que aguanta formidablemente en l’Alpe d’Huez, termina cediendo. Chiappucci toma las riendas.
El Tour da un vuelco en Saint-Étienne. Jornada de media montaña en la que Lemond ataca y consigue abrir hueco junto a varios corredores. Es Chiappucci quien pasa por un mal momento y, sin compañeros, se hunde irremediablemente. En la meta, el italiano pierde casi cinco minutos con respecto al americano y dice “adiós” al Tour de Francia a pesar de seguir siendo el líder (recordemos que terminó la carrera en París a 2’16” del norteamericano). El pesimismo es cada vez mayor en España ya que Delgado no es el de 1988 e Induráin está lejos del primer puesto tras haber trabajado para el segoviano en l’Alpe d’Huez. A Lemond, en cambio, todo le está saliendo bien.
Tan bien le está saliendo las cosas que Chiappucci se equivoca gravemente en la etapa de Luz Ardiden de 215 kilómetros de recorrido. Son tres puertos: Aspin, Tourmalet y Luz Ardiden (de grato recuerdo por las victorias de Delgado en 1985 y Cubino en 1988). Chiappucci ha perdido casi cinco minutos en Saint-Étienne, pero mantiene 2’24” con respecto a Lemond.
Una táctica de control puede ser factible para el italiano. Sin embargo, decide atacar en el Aspin. Escapada “suicida” que termina en el descenso del Tourmalet. Para sorpresa de todos, en Luz Ardiden toma la cabeza del grupo de elegidos durante algunos kilómetros en un derroche innecesario de fuerzas. Lemond ataca a varios kilómetros de la meta y Chiappucci se hunde. Gana Induráin y el italiano pierde más de dos minutos con Lemond. El Tour es americano.
Para explicar bien la, a mi juicio, equivocada decisión de Chiappucci, pensemos que Induráin y Lejarreta aguantaron perfectamente la ascensión pirenaica con Lemond (Induráin ganó, a seis segundos llegó Lemond y a quince Lejarreta) y Chiappucci, un buen escalador y líder de la carrera, podría haber estado en esta selección final. No fue así.
A todo lo dicho con respecto al italiano, añadiremos el mal día que sufrió Breukink que descolgado en el Tourmalet, siguió pasándolo mal en Luz Ardiden. Perdió 4’16” con Lemond y también perdió la “Grande Boucle” en esta jornada ya que acabó en París a solamente 2’29” del americano.
Bauer, Pensec, Chiappucci, Delgado, Induráin o Breukink pudieron reinar en París aquel 22 de julio 1990. Sin embargo, Lemond, calculadora en mano, ganó su tercer Tour. La sonrisa del americano se hizo leyenda en la capital francesa.