Lebron James ante lo imposible - Con Basket si hay paraíso

Lebron James ante lo imposible

Cómo señalar como candidato al anillo a un equipo que ha estado a punto de caer eliminado en primera ronda de playoffs. Cómo pensar en que pueda disputar por cuarto año consecutivo las finales de la NBA un equipo que ha necesitado a su líder exprimido hasta la última gota, Lebron James, otra vez haciendo historia con 45 puntos en un séptimo partido. Cómo pensar en los Cavaliers como candidatos si es la primera vez que un equipo de Lebron necesita un séptimo partido en la primera ronda. Y en cambio, qué atrevido es descartarle, a un equipo con Lebron James es difícil descartarle para lo que sea.

Cogido con alfileres, sí, con pocos anotadores sí, con cambios constantes en el quinteto y en la rotación sí, con un entrenador al que se le ve con mala salud, con aspecto de estar sufriendo mucho el pobre hombre (hay que recordar que Tyronn Lue ha estado de baja varias semanas esa temporada por motivos de salud). En un equipo que ha rehabilitado a su otrora pívot titular por su confusa y desnortada vida personal, y que había empezado la serie descartado por el técnico, en un equipo en el que los jugadores llegados en Febrero no están siendo importantes, en el que la segunda unidad en fases del partido hacen perder descaradamente a los Cavs, en un equipo en el que el segundo anotador, Love, es de una gran irregularidad. Qué difícil es verle como candidato, pero a ver quién le descarta.

Cleveland se presenta en semifinales del Este ante Toronto Raptors, un equipo que hasta ahora no ha podido con los Cavs de Lebron, pero que parecen tener más opciones que nunca de hincarles el diente.  Todo en los Cavaliers pasa por Lebron James, es principio y final. Tan es así, que el pánico se apoderó del pabellón The Q en los minutos de ausencia de James al acabar el tercer cuarto y hasta comenzado el último cuarto del séptimo partido ante Indiana Pacers. El ambiente se heló, y en la cancha la sensación de orfandad se adueñó por unos minutos de los jugadores. Ni Indiana supo aprovechar ese desconcierto, ni los Cavs renunciaron, porque como cuando dejas solo a un niño con la bicicleta por primera vez, se buscaron la vida para empezar a andar solos, aunque fuera unos minutos.

George Hill, quien había reaparecido tras tres encuentros ausente por lesión, tomó el mando, y sería secundado por Kevin Love. Los Cavs empezaron como ese niño a andar solos, mientras James regresaba, y se comía una fruta con rostro exhausto y una toalla sobre los hombros. Los síntomas eran de haber sufrido alguna pájara o algún calambre. James ha ido jugando más de 40 minutos por encuentro, no tan solo en playoff, también en liga regular disputando además los 82 partidos de liga regular, más el All Star, una auténtica barbaridad. 

Con un físico impecable, James sin embargo ha llegado a las semifinales de conferencia más cansado que nunca, como si ya hubiera jugado las finales. Hoy Cleveland no parece una apuesta ganadora, pero como decíamos, demasiado arriesgado descartar a un equipo con Lebron. Las sensaciones en esta durísima eliminatoria ante los Pacers ha sido casi como una final, y que los de amarillo no eran los Pacers sino los Warriors, se han repetido escenas parecidas a las de las finales, con Lebron al límite, jugadores fallando más de la cuenta en el tiro exterior, escenas de tensión, de incertidumbre en el pabellón, parecía la mismísima final ante los Durant, Curry y compañía. 

Lebron no sólo ha llevado el peso anotador de su equipo, ha subido la bola, ha reboteado, ha dado las instrucciones, ha soportado marcajes provocadores del surrealista Lance Stephenson y de Bojan Bogdanovic, con permanente contacto.

Cleveland ha pasado gracias al esfuerzo sobrehumano de su líder, en una de las actuaciones portentosas que nos dejan ya estos playoffs, 45 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias en el séptimo partido, y empezó con una serie en el tiro de 7/7. Pero también gracias al ajuste hecho por su técnico en el quinteto y en la rotación. Ha sufrido mucho con quinteto pequeño ante los Pacers, la batalla en el exterior estaba muy igualada, y para colmo los Cavs no habían estado acertados en el tiro exterior. Pero además, eran un equipo muy vulnerable en la pintura, hasta el punto de que Turner, Young y sobre todo un emergente Domantas Sabonis, les habían hecho mucho daño, como las penetraciones de Oladipo. Las ayudas eran insuficientes, no había intimidación y los Cavs no tenían rebote ofensivo y no siempre defensivo. La evolución ha sido curiosísima, porque Tristan Thompson, su otrora pívot titular, ha pasado de no contar para nada a acabar entrando unos minutos y finalmente el día decisivo, en el séptimo partido, ser titular y un jugador clave. 

El cambio se notó desde el primer momento, los Cavs eran más reconocibles a pesar de sacrificar el base y quedarse Calderón fuera, Lebron al mando, JR Smith, Korver, Love y Thompson era la primera unidad. Los Cavs no sufrieron con los emparejamientos y ganaron poderío interior, Oladipo ya no llegaba hasta el aro fácil, Thompson trabajó bajo el aro y dio segundas y terceras opciones de ataque a su equipo, cosa que no habían tenido en los partidos anteriores. Los Cavs bajaban escandalosamente su rendimiento con la segunda unidad, pero los Pacers también llegaron con lo justo al séptimo partido tras un gran desgaste. Esta serie en todo caso ha confirmado a Oladipo como una estrella de referencia, y ha elevado la cotización de Domantas Sabonis, un jugador que ha crecido muchísimo.

Queda preguntarse de qué será capaz Lebron en este curso. Con un esfuerzo sobrehumano, en un equipo que debe hacer un click, un cambio de mentalidad, en el que todos se sientan más importantes y den su mejor versión, y no ese equipo acomplejado en el que todo lo decide Lebron, todo lo hace Lebron, un jugador que a pesar de su voracidad ha demostrado ser un magnífico asistente y generador de juego.

Los Cavs tendrán que volver al principio, a un equipo más alto, mientras los jugadores de la segunda unidad espabilan o bien el futuro de los Cavs llega hasta esta ronda ante Toronto. Lebron está más solo que nunca parece, o quizá más que nunca ante lo imposible.

Westbrook, el héroe señalado.-

La primera ronda de playoff ha dejado algunas víctimas, el proyecto fallido de Oklahoma City Thunder, y a su líder Russell Westbrook, señalado por la crítica. Se ve el fracaso de esta temporada más que nunca como un fracaso de Westbrook, algo que no deja de ser injusto. Si la pasada temporada todo fueron elogios porque en un equipo al que había dejado Durant, el MVP lo había llevado hasta playoffs en una temporada impresionante, este año se le mide de forma distinta porque ya no estaba tan “solo”, habían llegado otras dos estrellas para sumar un big three que en teoría debía hacer que el equipo aspirara a lo máximo, con un pívot de probado rendimiento como Adams. Las expectativas eran muy altas y  quizá exageradas, viendo el rendimiento que Carmelo Anthony ha ofrecido en las últimas temporadas.

Es cierto que entre Westbrook, George y Carmelo, en teoría Oklahoma tenía una posibilidad de puntos muy alta, pero a la hora de la verdad, la fórmula del éxito no ha aparecido. Está en entredicho que Westbrook pueda ser el líder de un equipo campeón, por su falta de tiempos y su forma de jugar siempre terminal. Si bien es cierto parte de ese argumentario, es algo injusto también, porque la aportación ofensiva de George por ejemplo ha sido buena pero irregular, y la de Carmelo muy por debajo de su salario, pero sobre todo por una falta total de plan de equipo. Se añade la lesión de Roberson que era el jugador que aportaba ese trabajo defensivo necesario y que ayudaba a que el equipo funcionara. En Oklahoma se ha visto siempre una falta de sistema, ausencia del concepto pase, han sido siempre acciones individuales, no ha dado la sensación de tener un plan alternativo, por ello estaba a expensas de su inspiración individual, y sabemos que eso tiene poco recorrido.

No ha funcionado como equipo a pesar de su gran talento, por la sencilla razón de que la pelota no ha sido compartida, hemos visto arriba y abajo de manera encomiable a Álex Abrines siempre dispuesto, pero desaprovechado. Un equipo en el que el balón no ha circulado. ¿Es culpa sólo de Westbrook?no, por supuesto que no.  El problema es no ser un equipo.

Recordamos semifinales: Este/ Boston-Philadelphia y Toronto-Cleveland. Oeste/ Houston-Utah y GS Warriors-Nueva Orleans

 

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