El ADN verde - Con Basket si hay paraíso

El ADN verde

La desesperada clasificación del Real Madrid ante el Bayern de Múnich para la final de la Champions League ha puesto de manifiesto de nuevo que hay intangibles en los vestuarios, los campos y los adns de los equipos, cosas poco palpables pero que flotan en el ambiente, de lo que se dice un equipo campeón, un equipo con ángel. Cosas que hablan del peso de las camisetas, de la fuerza de su historia, del contagio de su grandeza para dar un plus a un jugador o a un equipo, incluso cuando todo parece perdido, incluso cuando parece derrotado. Algo parecido a lo que ocurre en el Santiago Bernabéu ocurre en el Garden de Boston y en los Celtics.
Boston se ha puesto 2-0 en la semifinal del Este ante los Sixers de Philadelphia, en el segundo llegando a remontar 22 puntos ante un equipo que no es peor que Boston. Philadelphia es uno de los equipos más prometedores de la liga, jugadores de gran talento como Simmons y Embiid sobre los que pivota un buen puñado de anotadores. Boston está compitiendo sin sus dos estrellas como es sabido, Irving y Hayward, con dos rookies como Tatum y Ojeleye, otro de segundo año como Jaylen Brown, y con un rendimiento altísimo de Rozier, o Al Horford, su termómetro, y el trabajo colectivo que encarna Marcus Smart. Los Celtics podrían haber tirado la toalla hace mucho, haberse creído derrotados en cuanto llegaron las coartadas perfectas, principalmente la lesión de Kyrie Irving, su jugador franquicia este año. Pero nada de eso ocurre en el Garden, un pabellón que empuja como pocos. Pabellones ruidosos en la NBA en playoffs hay unos cuantos, pero hay algo diferente en la atmosfera verde del Garden. Los Celtics, ahora con un equipo muy joven, es capaz de dar lo mejor de sí con mucha frecuencia, no es negociable el sudor ni tampoco rendirse, y eso es algo que no forma parte de cada jugador indivualmente, sino del adn verde transmitido desde las paredes del Garden, la dirección de la franquicia de Danny Ainge, y trasladado desde el banquillo de Brad Stevens.  

En la discursión sobre el rookie del año se habla de Simmons precisamente y de Mitchell de Utah, pero obviamente Jason Tatum forma parte de esta generación de jugadores que ha dado un nuevo impulso a la NBA, hacía tiempo que no llegaba tanto talento maduro a la mejor liga del mundo para liderar a sus equipos. El crecimiento de Tatum es día tras día, un jugador de gran movidad capaz de anotar de fuera y dentro, de gran condición atlética, y también maduro para su edad en las decisiones en la pista.

No se viste la camiseta más laureada de la historia de la NBA sin notar su peso, pero tampoco sin creerse mejor incluso de lo que uno es.  Los Celtics pueden tener mejores o peores equipos, y los últimos dos años han ido confeccionando un equipo de nuevo temible, ganador, aun sin llegar a la final de la NBA, porque se han encontrado a Lebron James todos estos años, pero como se suele decir los Celtics siempre vuelven.  En todo caso este cruce con Philadelphia nos ha de proporcionar grandes emociones aún. 

Lebron, Lebron, Lebron.-

La NBA no deja de sorprendernos, cuando pensamos falsamente que lo tenemos todo controlado ocurre lo contrario. Es su grandeza, te impacta porque por más enloquecido que parezca un pronóstico a veces puede suceder, y lo contrario también. Sobre el papel Utah Jazz por ejemplo es posible que ni estuviera en playoff, y no sólo lo está sino que eliminó merecidamente a Oklahoma y protagoniza la única semifinal en tablas, las otras tres van 2-0, lo cual no significa nada, por ahora.

Escrito está aquí mismo que los Cavaliers de Cleveland que sufrieron lo indecible para superar a los Indiana Pacers en el séptimo partido no parecían hace unos días un equipo ganador que pudiera llegar lejos, pero que siendo un equipo de Lebron cualquier cosa era posible. 

Los Cavaliers necesitaban un click, un paso adelante gigantesco de sus jugadores importantes, debían dejar de ser los ayudantes de Lebron para ser los guerreros de Lebron, el matiz es importante, Cleveland Cavaliers está creciendo según avanza el playoff para pasar de ser un equipo al filo del abismo, agarrado con alfileres, a ser un equipo ganador y capaz de todo. Lo ha demostrado en Toronto ante los líderes de conferencia donde acaba de ganar los dos primeros partidos de la serie desarrollando el mejor juego Cavalier posiblemente de la temporada. Lebron James ha agigantado su figura, aún más, como jugador que trascenderá nuestra época para ser recordado como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, con actuaciones colosales en estos playoffs. Sus 45 puntos en un séptimo partido, sus 43 puntos y 14 asistencias del segundo partido en Toronto es algo jamás visto. 

Pero la puntuación espectacular de James no es el legado de su reinado, su principal legado es la construcción de un equipo. Los niños que aprendieron solitos a ir en bicicleta en el primer partido en Toronto están creciendo, Love por fin da ese paso como segundo anotador, 31 puntos en el segundo partido, y la evolución en este playoff de los Jr Smith, Jeff Green, Kyle Korver, Thistan Thompson o George Hill vuelven a dar condición de equipo ganador a Cleveland. Lebron ha construido desde su mirada periférica un buen equipo, con su dirección y la capacidad para involucrar a Korver, Love, JR… maravillosas asistencias, balones cruzados, picados, siempre buscando el hombre liberado, un James ejercitando como nunca el fadeaway, incapaz Toronto ni con Siakam o Anunobi de pararle. James ha sabido aprovechar los cambios y superar a DeRozan o Lowry, ha empleado su reverso en carrera para percutir la pintura una y otra vez.

Es cierto que Cleveland  aún tiene mucho margen de mejora, principalmente en el aspecto defensivo, y en la aportación de la segunda unidad en jugadores como Clarkson, Hood o Nance Jr, alejados de lo que se esperaba de ellos. Llegaron en Febrero para ser importantes y no lo están siendo. Mientras tanto, Calderón que había recuperado importancia en el equipo la ha vuelto a perder y vuelve a esperar su turno. Pero disfruta como un chiquillo a la espera de saltar a la cancha, sabe que puede hacer historia, está por fin en un equipo que puede hacer algo grande en la NBA.


Qué bien suenan los Jazz.-

Pero decíamos que la NBA nos sorprende por sus contrapronósticos, y aunque al final hay leyes que se cumplen ,porque si tienes un equipo como los Warriors que está preparado para todo y ha sido campeón en dos de los últimos tres años, es lógico apostar por ellos, el desarrollo de la postseason nos proporciona emociones. Nos habíamos quedado en Utah Jazz, sin Ricky Rubio lesionado en esta semi por ahora ante Houston, con un rookie que tira del equipo, Donovan Mitchell, pero sobre todo con un equipo capaz para jugar el baloncesto que le conviene, neutralizar al rival por más máquina mortífera que sea como es el ataque de los Rockets, es una maravillosa lección del deporte. Los Jazz defienden palmo a palmo su extrarradio para neutralizar los francotiradores de los Rockets, hasta el punto de no permitir tiros liberados apenas durante un partido, y eso es mucho.  Utah se emplea a fondo por fuera mientras Gobert intimida por dentro. Dante Exum se exhibe como un grandísimo defensor ante Harden y Paul. Qué decir de Joe Ingles, el ex Barça hace tiempo que juega a un nivel excelso en Salt lake City, aunque a algunos les sorprenda el playoff que está haciendo.
Con esa media sonrisa de Cocodrilo Dundee que se mete en el cerebro de su víctima, Ingles no sólo saca de quicio a la estrella rival, ya lo hizo con Paul George y Russell Westbrook sino que lo está haciendo con los Harden y Paul, y además taladra a su rival con un gran acierto en el tiro, 27 puntos como máximo anotador de la victoria en Houston y 1-1. Es probable que Houston pase,pero cada partido puede ser un suplicio, ojalá que con Ricky Rubio pronto. 

Mientras tanto, los Warriors avanzan no como en paseo militar, porque Pelicans les hicieron emplearse a fondo en el segundo encuentro, pero sí según lo previsto, con un 2-0 hacia Nueva Orleans. Los Warriors recuperaban a Curry tras 5 semanas ausente para el segundo partido, y lo primero que hizo el bueno de Stephen fue cortar salir de bloqueo recibir y clavar un triple. Así empezaron sus 28 puntos, como si no se hubiera ido. Un gran noticia para la liga, y sólo estamos a mitad de playoffs. 

Kokoskov y la barrera derribada, con matices.-

En medio del fragor de las batallas llega la noticia de impacto de un técnico nacido y formado en Europa que se convierte en el primer entrenador jefe de una franquicia NBA. Han sido los Phoenix Suns, del propietario también del RCD Mallorca Robert Sarver, quienes han dado el paso para derribar una de las barreras que aún quedaban, como parte de un plan de reconstrucción que esté hecho con cabeza al fin en Arizona, después de mucha zozobra.

El plan hace pensar en un técnico que construya un equipo de verdad, como hizo con la Eslovenia campeona de Europa, y quizá de un plan que tenga a Luka Doncic.  Si había que dar un primer paso para la elección en el Draft de la joven estrella del Real Madrid ya se ha dado. Otra cosa es que el plan sea bueno a corto plazo para Doncic, porque aunque tendrá siendo una de las primeras elecciones del Draft un buen contrato, es un misterio si va a estar en un equipo que pueda ganar. Compartiría rol estrella en el perímetro con Devin Booker, y poco más se puede decir sobre cómo serían los Suns, que en cualquier caso es probable que estuvieran hechos con más cabeza que estos años, pero en cualquier caso sin movimientos importantes de mercado serían un equipo carne de cañón. 

No obstante, conviene matizar algo sobre la elección de un técnico europeo, porque Igor Kokoskov lleva muchos años en la NBA, desde 2015 como asistente en Utah Jazz, y antes los propios Suns, y universidades como Duke y Missouri;  no es un entrenador que han ido a buscar a Europa, ya lo tenían allí. Es cierto que acaba de ser campeón de Europa y que hizo un gran trabajo con Eslovenia, y que además nadie mejor que él para tutelar un posible crecimiento de Doncic en la NBA, pero el serbio es uno de los suyos ya hace tiempo, conoce la liga, conoce los jugadores, lleva años en su liga.

Es como si Messina, actual asistente de Popovich en San Antonio, dirge la próxima temporada un equipo, europeo sí pero integrado en su liga también. 

 

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