Lo que empieza en Dallas
En la profundidad de Estados Unidos, en el estado de Texas, emerge un poder europeo en una de sus principales ciudades, también en el baloncesto, Dallas. De hecho hay varios jugadores europeos que tienen y van a tener un protagonismo inmenso en la NBA, por ejemplo Giannis Antetokounmpo, griego de origen nigeriano que sigue ganando por derribo, atropellando rivales y números, es el nuevo poder dominante en el Este, un jugador del siglo XXI capaz de hacer cosas de pequeño en un gran cuerpo. Antetokounmpo es muy joven, cada vez será mejor jugador y su tarea está en la perfección de eficacia desde la larga distancia. Antetokounmpo es imparable cerca del aro, si consigue también serlo lejos del aro, será un jugador muy difícil de contrarrestar.
Pero es en Dallas donde se acaba de apostar decididamente por el talento europeo. Su propietario Mark Cuban ha sufrido una fiebre europea al ver jóvenes con los fundamentos de Luka Doncic, a quien consiguieron en el último Draft a pesar de que era elección de otro equipo, y ahora se han hecho con otro de los europeos que se presumen dominantes en la NBA, el letón Kristaps Porzingis.
Ambos del Este de Europa, ambos formados en España, dos grandes talentos emergentes unidos a la leyenda, el alemán Dirk Nowitzki, quien posiblemente esté viviendo su último año en activo.
Ha sido uno de los grandes traspasos el de Porzingis (el intercambio con los Knicks), el otro podría ser la llegada de Anthony Davis a los Lakers o a donde sea. En realidad los Lakers echan el resto por el pívot más valorado de la NBA porque los Pelicans haciéndose los ofendidos (y pueden tener razones para ello por las conversaciones que se presume pudieron existir, y porque Davis ha forzado su salida) quieren sacarle hasta los calzoncillos a los Lakers. Saben que los Lakers quieren a toda costa al pívot, que es deseo del propio Davis y de Lebron, y en Nueva Orleans les están esperando con la mano extendida pidiendo absolutamente de todo.
Los Lakers pueden cambiar futuro por presente, para conseguir un equipo ganador tienen que sacrificar piezas de futuro que formaban parte de la reconstrucción, veremos si Kuzma, Ingram, Lonzo o Hart, además de primeras elecciones. Es el duro mercado de la NBA, cada cual elige sus prioridades, los Lakers ya no pueden esperar mucho más, después de tantos años de cero posibilidades, y tras haber conseguido nada menos que al jugador más dominante de la liga, Lebron James. Tienen que construir un equipo para ganar, y en el Oeste eso sólo se consigue juntando grandes jugadores , es imposible poder mirar cara a cara a los Warriors si no es con grandes jugadores.
Y eso mismo ha debido pensar Mark Cuban, el lenguaraz propietario de los Mavericks, que ha querido reunir de nuevo un equipo ganador tras años de miseria que sucedieron a su anillo ante Miami. Y lo ha hecho con talento europeo, lo cual es atrevido reconozcámoslo en una liga como la NBA y en una cultura en la que (como pasa en todas partes) prefieren el producto nacional. Pero la NBA hace mucho que es una liga global, y hace mucho también que importan talento europeo y de otros continentes.
Con Cuban entregado a la causa europea, alabando la escuela europea, y un buen entrenador como Rick Carlisle, los Mavericks sacrificaron a su recién llegado pívot DeAndre Jordan, un jugador que les daba mucho ésa es la verdad, a un tirador como Matthews y al joven base Dennis Smith jr, sabedores de que para manejar el balón y tomar decisiones desde la cabeza de la zona ya tenían a Doncic y un veterano como Barea. Con Porzingis han llegado Burke, Hardaway Jr y Lee.
Dallas concibe esta temporada como tiempo de crecimiento para su gran apuesta, Luka Doncic, que sigue agrandando sus actuaciones y sus números, con promedios estupendos, mientras Porzingis tiene que finalizar su recuperación y puesta a punto para volver (presumiblemente la próxima temporada, o no, veremos) al nivel que se le recuerda. El letón fue la gran apuesta de los Knicks, primero entre gritos de incredulidad y decepción por parte de algunos fans en el Draft, y rápidamente convencidos en cuanto el ex de Sevilla empezó a evolucionar en la pista.
Un 2:21m con mano de tirador, con la fiabilidad en el tiro de un alero y la agilidad para hacer daño también como un pequeño, pero desde una altura gigantesca que le convierte es casi imparable. Porzingis es un detroza-sistemas defensivos, su sociedad con Doncic creará un sinfín de dudas en los sistemas defensivos de los rivales, podrán jugar el pick and roll, o crear espacios el uno para el otro o para un compañero, y con gran efectividad. Ambos tienen una gran capacidad anotadora y ambos un talento en plena evolución. Hay que ver de qué son capaces en la voraz conferencia Oeste.
No ha sido una apuesta al uso, tener un talento europeo vale, pero darle los galones es otra cosa, no digamos ya juntar a dos para construir un equipo, son palabras mayores. Es lo que han hecho los Dallas Mavericks, una sociedad europea que quiere triunfar en el profundo sur y en un estado que contará con tres de las principales marcas de la liga, San Antonio Spurs, Houston Rockets y Dallas Mavericks.
FOTO: NBA