Good-Nazismo y Eutanasia, una película de plena actualidad
Good-Nazismo y Eutanasia, una película de plena actualidad. ¿Qué pensaban los nazis de la eutanasia?
Este excelente relato cinematográfico, estrenado en 2008 y de plena actualidad, está basado en la obra de teatro de C.P. Taylor, considerado, por algunos medios, como una de las cien mejores obras del siglo XX.
La historia gira en torno a un ocupadísimo profesor de universidad con una situación complicada, que le ocupa cada minuto de su vida. Varios años más tarde, una de sus novelas cae en manos de los nazis, que utilizarán un mensaje de su libro, coincidente con la línea de pensamiento de ese partido alemán que apostaba por la cultura de la muerte, para dotar intelectualmente a su ideología por lo que le encomiendan que escriba un ensayo dulcificado sobre la eutanasia.
La elección de personajes nos parece magnífica. Viggo Mortensen está contenido, pero su interpretación resulta muy adecuada para comprender la personalidad del protagonista. Aparece como una marioneta que asciende de manera fulgurante a las altas esferas de las SS. La voz de la conciencia recae en Maurice (Jason Isaacs), su amigo judío, que hace una reflexión basada en la experiencia con la que intenta bajar del pedestal a un hombre cautivado por el calor del poder. Este psicoanalista alemán de origen hebreo se presenta como un despertador de conciencias y las ideas de su fiel amigo servirán para que John Halder se vaya arrepintiendo de sus desacertadas decisiones. Anne (Jodie Whittaker), la segunda esposa de John, representa el modelo de mujer aria que aparece como una ardorosa cumplidora de la doctrina nazi .La actitud de esta mujer puede servir para cuestionar la actitud de ciertas personas en las que prima mantener el status social a costa de lo que sea.
La obra del director brasileño, Vicente Amorim, conocido por “El camino en las nubes” y apoyado en un potente guión, posee varias virtudes. La primera de ellas es que maneja perfectamente los tiempos, sobre todo, teniendo en cuenta que esta obra del celuloide se basa fundamentalmente en el diálogo de personajes, con lo que no resulta pesado su visionado. La buena utilización de la música aflora como un elemento esencial para interpelar al protagonista a lo largo de la cinta. Por último, es meritoria la labor del realizador porque con su final es capaz de dejar helado al espectador.
Por otra parte, no nos podemos olvidar de como, en ocasiones, los políticos utilizan a las personas a favor de la ideología. Por otra parte, el film puede dar la impresión de un posicionamiento favorable a la eutanasia o que apoya la muerte por compasión, que es el modo en que se plantea en la película. Sin embargo, al final nos damos cuenta de lo que se pretende realmente es denunciar las políticas de exterminio de Adolf Hitler.
Desde el punto de vista histórico, el largometraje refleja como una parte de la sociedad miraba a otro lado, mientras que la otra era ajena a las políticas de aniquilación, no sólo de los judíos, sino de los discapacitados o los discrepantes con el régimen, gracias a la capacidad para manipular los sentimientos por parte de los miembros del aparato de propaganda del partido nazi. Estos individuos eran especialistas en crear una opinión tergiversada de la realidad con el fin de crear una nueva sociedad superior a la existente. Este argumento recuerda a la novela del escritor Adolf Huxley, “Un mundo feliz” (1932).
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