Dichosos los callos
¡Muy buenos días!
Cuando realizamos cualquier entrenamiento en el que nuestras manos están en fricción continua con algún material (barras, kettlebell, pesas), se produce un proceso de desgaste de la piel de las manos y es cuando aparecen las heridas y los callos.
Son muchos los ejercicios en los que la fricción es máxima y cuando el número de repeticiones es elevado, las probabilidades de que aparezcan heridas o empeore el estado de los callos son muy altas.
Aunque al principio los veamos como “heridas de guerra” o algo de lo que sentirnos orgullosos, no debería ser así, ya que los callos en las manos pueden llegar a limitar nuestro rendimiento en el entrenamiento.
A continuación te vamos a dar algunos consejos y trucos prácticos para mejorar el estado de nuestras palmas y con ello evitar en la mayor medida posible el desgaste de nuestra piel sufrido con el ejercicio intenso.
EL AGARRE:
Es uno de los aspectos a tener en cuenta. Un agarre correcto no evitará la aparición de los callos, pero si nos ayudará a que no empeoren y a retrasar su aparición, sobre todo cuando realizamos algún movimiento con barras (Dominadas, «Toes to bar»…)
Vamos a intentar cambiar la forma de agarrar la barra y con ello evitar esa degeneración de la mano.
- Así sí:
- Así no:
Al principio nos costará un poco más, pero cuando consigamos mejorar nuestro agarre también mejorará nuestra técnica y sobre todo la salud de nuestras manos.
PROTECCIÓN:
Existen varias formas de proteger tus manos y cada uno utiliza la que le es más cómoda o conoce. Podremos encontrar material específico para ello en tiendas o por internet (calleras, guantes, bandas, etc…).
Hay otras alternativas a la hora de protegerse las manos de una forma más casera, y si tenemos algo de tiempo antes del entrenamiento, nos será muy útil si no tenemos la posibilidad de adquirir unos guantes o «calleras».
PREVENCIÓN Y CUIDADOS:
Podemos utilizar una piedra pómez o una lima para mejorar la rugosidad y tacto de los callos. El mejor momento para hacerlo es justo después de la ducha, cuando los encontramos más blandos, y nos darán menos problemas a la hora de limarlos.
También utilizaremos crema hidratante para que nuestras manos estén mas suaves y flexibles
Si tenemos alguna herida abierta que nos hemos producido durante el entrenamiento, lo que haremos es que al terminar el ejercicio nos intentaremos quitar cualquier resto de piel, lavaremos la zona con agua y jabón y a continuación, trataremos con betadine o similar para terminar cubriendo la herida con algún apósito hasta la completa recuperación.
¡Feliz semana!
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