Descubre por qué tienes hambre a todas horas
¿Intentas controlar todo el tiempo tus deseos de comer alimentos pero tienes hambre a todas horas? No siempre es hambre sino más bien apetito. Hambre es la necesidad física de alimentarse y el apetito es deseo por comida.
Tu cuerpo está en reserva energética
Si sigues una dieta muy estricta y las calorías diarias se han reducido mucho, tu cuerpo pasa a estar en “modo ahorro” porque se siente amenazado ante la falta de suficientes calorías.
El organismo reacciona reduciendo los niveles de leptina en el organismo, la hormona que regula nuestro apetito, y sentiremos más hambre y menos saciedad.
Una dieta con un aporte calórico muy bajo puede ser la causa de un hambre sin control en cualquier momento del día, y este sí es hambre real que se origina para protegernos en caso de que la restricción calórica se alargue en el tiempo.
El estrés
El estrés constante suele ocasionar un malestar general que nos conduce a buscar alimentos ricos en grasas y azúcares en todo momento, pues estos activan los centros de placer y por ello, tienen efecto adictivo.
No descansas bien
Dormir poco o tener un sueño de mala calidad puede ser la causa de tu hambre constante, altera hormonas como la leptina, hormona que ayuda en la pérdida de grasa y hace que sintamos menos apetito. Se sintetiza durante el sueño y sus niveles están disminuidos cuando no se completan las horas de descanso nocturno.
La grelina es otra hormona que aumenta ante la falta de horas de sueño, estimula la sensación de hambre y reduce el gasto energético.
Adicción a la comida
Si en tu dieta predominan alimentos de mala calidad como la comida rápida, ricos en azúcar, sodio y grasas, y escasean los alimentos saciantes, tu hambre constante puede ser una adicción a la comida.
Como cualquier adicción buscamos aquello que nos genera placer y si tu organismo se ha acostumbrado a este tipo de comida de forma contstante, buscará más y más.
¡Feliz día!
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Es curioso que en general no pensemos en la diferencia entre hambre y apetito. Sin embargo no es difícil diferenciarlos a pesar de que con frecuencia usemos la palabra hambre cuando en realidad deberíamos decir apetito y viceversa.