¿Es saludable dedicar la infancia al deporte de alto rendimiento?
¡Muy buenos días!
Niños que triunfan en el mundo deportivo a una edad temprana, que incluso muestran nuevas habilidades o estrategias, que llegan al éxito; pero, ¿cuál es el precio que deben pagar para ello? ¿Marcará su futuro de forma positiva?
Conocemos casos como el de Leo Messi que llegó a lo más alto con trece años, Ricky Rubio que se integró en el baloncesto con catorce años, o Gisela Pulido que fue campeona del Mundo de Kitesurf a los diez años. ¿Cómo afectó esto a su infancia?
Algunos explican los beneficios de su trayectoria o la felicidad aportada tras cada logro, pero otros muchos comentan cómo el deporte les robó la juventud, y cómo el estrés ocasionado por la presión y la intensidad en los entrenamientos finalmente afectaba a sus comportamientos sociales. La mayoría de ellos coinciden en que cada entrenamiento se realiza pensando en el éxito y que, junto a una buena base de alimentación, buena programación, descanso y sacrificio, se consigue.
Hay que tener en cuenta que dependiendo del deporte que se practique la carga de entrenamiento será diferente.
Actualmente se está tratando de estudiar cuál sería la edad biológica y no cronológica oportuna para que un niño intensifique su entrenamiento ante un deporte. Lo principal es que la iniciativa y motivación surjan del niño y no vengan dados por factores externos. Es muy importante observar las habilidades individuales para así poder determinar si podrían llegar a lo más alto a una temprana edad. Fundamental un estudio médico que afirme el buen estado de salud del niño puesto que estos casos pueden derivar a sobreentrenamiento.
¿Existe la posibilidad de que el niño pierda la motivación?
Hay que tener en cuenta que, en el momento en que el niño muestre signos de dolor, fatiga o agotamiento, es posible que esté siendo presionado por encima de su límite y de su capacidad física, pudiendo disminuir el rendimiento. Es fundamental un trabajo en equipo que implique al niño, un nutricionista encargado de su alimentación, adecuada al tipo de deporte y desgaste, un programa de entrenamiento, y el entorno del niño ya sea familiar, amigos y educadores.
¿Qué pasa con su desarrollo social?
En la etapa escolar los niños desarrollan habilidades de comunicación y valores sociales que marcarán sus futuras relaciones personales. Pueden aparecer problemas de relaciones con familiares o amigos, así como carencias en cuanto a crecimiento personal si las horas de entrenamiento diario impiden que el niño comprenda el entorno y se relacione. Este hecho se acentúa con los deportes individuales debido a que los valores del trabajo en equipo no están presentes. Los entrenamientos deben estar bien diseñados y no afectar a las relaciones de los niños, así como tampoco a sus deberes y obligaciones.
Un besito y feliz día.
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