¿Es práctico el uso de feromonas en gatos? - El Dogtor

¿Es práctico el uso de feromonas en gatos?

Las feromonas son sustancias químicas secretadas por los seres vivos, cuya función, una vez secretadas por glándulas específicas, es la de comunicarse con miembros de la misma especie. En el receptor, son detectadas por un órgano “diseñado” específicamente para ello. Por ejemplo, en el gato, dicho aparato receptor se sitúa en el denominado órgano vomeronasal o de Jacobson, en el interior del tabique nasal.

Las feromonas afectan, o influyen, más a los animales domésticos que a los humanos, pudiendo, incluso, alterar la fisiología, haciendo, por ejemplo, que el comportamiento sexual de los mismos pueda acentuarse, volviéndose más territoriales. Además, particularmente en el gato tienen mucho que ver en el desarrollo de estrés. Antes de entrar en detalle.

¿Cuál es el papel específico de las feromonas felinas?

En el gato hay diferentes tipos de feromonas. La mayoría de ellas se excretan en la orina, las heces, el flujo vaginal o en la secreción de las glándulas faciales:

¿Tiene sentido utilizar feromonas artificiales?

Totalmente. El descubrimiento del cambio de comportamiento y de mejoría del estátus general del gato en presencia o no de ciertas feromonas en el ambiente, ha sido clave para sintetizar feromonas efectivas en la práctica clínica en el ámbito de resolver problemas de comportamiento y de gestión del estrés felino.

Centrémonos en el estrés del gato, ¿cómo se manifiesta?

El estrés, siendo un conjunto de reacciones que permite que los seres vivos se adapten a una nueva situación, incrementa la actividad del sistema nervioso central y la secreción de hormonas, conllevando (obviando lo positivo) una serie de consecuencias desagradables, como la hipersalivación o el estímulo del tránsito intestinal. El gato es un caso especial, ya que los factores ambientales son las causas mayoritarias de estrés y ansiedad, sobre todo aquellos factores que “amenazan” los recursos que existen dentro de su territorio (un ejemplo claro puede ser, en una casa con varios gatos, la competencia a la hora de comer).

Los felinos estresados o angustiados suelen incrementar aquellas actividades que les hacen sentir más seguros. Por ello, es común que suelan mostrarse más cariñosos, que se froten en sus propietarios o en objetos de casa con mayor frecuencia. Lo habitual es que, al no cesar este “estímulo estresante”, el gato intensifique su comportamiento de marcaje: arañan, orinan y defecan en sitios fuera de lugar, con la intención de que su dueño se dé cuenta. Otros comportamientos anormales manifestados pueden ser: la huída de casa, la falta de apetito, un estado letárgico y de apatía total, o la falta de aseo.

A largo plazo, multitud de estudios han demostrado que el estrés incrementa el riesgo de padecer enfermedades, tras instaurarse un círculo vicioso de enfermedad, fatiga y, como consecuencia, la incapacidad para superar el “problema” que causa dicha debilidad. Alguna de dichas enfermedades crónicas que pueden aparecer son la obesidad, la diabetes mellitus, alopecia y problemas dermatológicos generalizados, problemas digestivos o alteraciones en el desarrollo.

El papel de las feromonas:

Los productos veterinarios que contienen feromonas tienen un objetivo claro: modificar la función emocional del gato, desencadenando una respuesta emocional inconsciente en el mismo. Suelen ser sustancias análogas de las feromonas naturales (fundamentalmente, de la anteriormente mencionada F3), formuladas de diversas maneras: sprays, difusores o collares. Sea como sea.

Suelen ser efectivas ante problemas de marcaje y conductuales derivados del estrés, pero, lamentablemente no son, por sí solas, la panacea. Lo ideal para apagar dichos cuadros de ansiedad del animal es el uso combinado de feromonas con un buen tratamiento dietético.   Suplementos con alfa-casocepina y L-triptófano son francamente efectivos, en combinación con las citadas feromonas.

Está comprobado el efecto calmante de la alfa-casocepina, que ocupa el mismo espacio que el neurotransmisor que inhibe la ansiedad, mejorando, además, las reacciones agresivas. Por otro, lado, el triptófano es un aminoácido esencial que actúa como precursor de la serotonina. Ésta es una hormona que regula el estado de ánimo, el sueño, el apetito y la ansiedad.

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