¿Cómo afecta la «vuelta al cole» a nuestras mascotas?
La esperada (y no por ello, menos temida para algunos) «vuelta al cole» ya es una realidad en, prácticamente, todo el país. Con su llegada, retomamos la actividad de ‘El Dogtor’ después de un verano frenético. Pero, siendo un tema recurrente en estos últimos días, tengo que plantearte una pregunta fundamental: ¿crees que la vuelta a la rutina afecta de alguna manera a nuestras mascotas?
La respuesta es afirmativa, aunque con matices. Nuestros animales son amantes de la rutina. Particularmente, el perro está cómodo teniendo ciertos horarios: para salir a la calle a hacer sus necesidades, para comer, para pasear… Por eso, la vuelta de las vacaciones (período en el cual tendemos a interrumpir esas horas de establecimiento de tareas), puede hacer cambiar el comportamiento de nuestros «peludos». Pero, ¡ojo! También el retorno al colegio de los más pequeños de la casa, y nuestra vuelta al trabajo, puede pasarles factura.
Entonces, ¿quieres decir que mi perro puede padecer depresión postvacacional?
Si, aunque con una pequeña apreciación: se llama ansiedad por separación. Es un trastorno derivado del estrés que supone quedarse solo, después de un largo verano rodeado de sus dueños y compañeros de juego. La soledad hace que el perro cambie su comportamiento de manera más o menos drástica. Pese a que no hay pruebas demasiado concluyentes en cuanto a porqué se desarrolla dicho trastorno, los signos son muy claros: los animales, al quedarse solos, orinan y defecan en casa, aúllan y/o ladran reiteradamente, pueden llegar a morder, arañar y romper el mobiliario (puertas, sillas, mesas…), e incluso pueden intentar escaparse. En casos de mayor gravedad, pueden desarrollar patrones anómalos de comportamiento. Los ejemplos más característicos son caminar en círculos y la aparición de coprofagia.
Si mi perro manifiesta estos síntomas, ¿qué puedo o debo hacer?
Determinados expertos en etología (ciencia que estudia el comportamiento animal), afirman que este proceso de ansiedad responde a que nuestros animales no entienden el porqué el compañero de juego «se ha ido de repente». Es por eso, precisamente, que debemos seguir jugando con nuestra mascota todos los días. Otro método que suele funcionar es el de esconder comida en el jardín, esconder chucherías dentro de cajas o tener una cierta variedad de juguetes en casa. En definitiva, algo que les mantenga ocupados cuando nos marchamos de casa.
Evidentemente, es preferible prevenir que curar. Por ello, lo recomendable sería hacer gradual ese cambio de hábitos debido al retorno de nuestras obligaciones, cosa que, por determinados factores, no siempre resulta posible. Lo ideal sería volver a acostumbrar al perrito a quedarse solo. Resulta muy brusco pasar del cero al cien. Es decir, para ellos es muy duro quedarse de repente ocho o más horas solos. Para realizar dicha adaptación, puedes intentar salir de forma gradual, aumentando poco a poco la duración de los «períodos de soledad».
Normalmente, este proceso de ansiedad por separación se resuelve con determinadas pautas. En caso de que la situación sea persistente, resulta totalmente recomendable acudir a un etólogo (veterinario especialista en adiestramiento/comportamiento animal).
La importancia de la «puesta a punto» tras el verano:
Para que la «vuelta al cole» sea completamente exitosa, es necesario hacer un chequeo general, sobre todo si has tenido períodos más o menos prolongados de escapadas (playa, montaña…). Con esto, tu veterinario de confianza verificará si la salud de tu mascota está intacta. Además, resulta fundamental realizar un test de Leishmania y Erlichia, debido a la gran proliferación de insectos y parásitos en temporada estival. Es un método rápido e indoloro para confirmar que nuestro animal no ha sufrido ninguna picadura de un mosquito ni de una garrapata transmisores de leishmaniosis y erlichiosis.
Otro punto importante es la higiene. Es lógico que, en vacaciones, tu perrete haya correteado y saltado hasta la saciedad. Además de hacer mucho hincapié en la limpieza (cepillar el manto, lavados habituales…), es necesario aplicar un producto antiparasitario, además de revisar ojos, oídos y almohadillas.