Lumines: Remastered, adicción a base de música electrónica
Vuelve uno de mejores juegos de puzle acompañado por su memorable banda sonora original.
¡Hola, gameLover! No te lo voy ocultar… tengo un especial aprecio por Lumines. Mi historia con este juego se remonta a su primera entrega, cuando me regalaron mi primera PSP (llegué a tener tres) en la navidad de 2005. Lumines: Puzzle fusion fue, junto a Ridge racer, los juegos que formaron un tándem perfecto en mis viajes a Andorra. Por aquel entonces vivía y trabajaba en allí (como los youtubers de ahora, pero de verdad) y me tenía que chupar tres horas y media de bus cada vez que iba o volvía desde Barcelona, una vez a la semana. Te lo puedes imaginar, esos viajes con PSP me daban la vida.
Y me vicié. No sabes de qué manera. Recuerdo conseguir partidas larguísimas con centenares y centenares de puntos en mi tabla de récords (qué lástima que no existiera el sistema de trofeos aún), con todas las skins en mi haber y su banda sonora grabada a fuego en mi cerebro. ¡Qué sensación tan gratificante he vuelto a experimentar al volver a jugar y recordar todas esas melodías electrónicas como si no hubiera pasado el tiempo!
Pero el tiempo no para y ya han transcurrido catorce años desde su lanzamiento. Casi nada… Y aquí estamos de vuelta, con una recién llegada versión remasterizada y dejando por el camino múltiples entregas para consolas: Lumines: Plus (PS2, 2007), Lumines: Live! (Xbox 360, 2006), Lumines II (PSP, 2006), Lumines: Supernova (PS3, 2009) y Lumines: Electronic symphony (PS Vita, 2012)-. La saga ha obtenido un gran reconocimiento por parte de sus jugadores (entre los que me incluyo) y nos ha regalado entregas en casi todas las plataformas disponibles, incluso en smartphones.
Aunque, en mi opinión, el auténtico éxito lo ha cosechado siempre en sus versiones portátiles. El componente de poder jugarlo en cualquier sitio le da un punto extra y por eso me he decantado a probarlo en su versión para Nintendo Switch, por aquello de intentar simular una experiencia lo más parecida a la que viví la primera vez que jugué con él. Vamos a comprobar qué tal…
¿Cómo se juega?
Ya tenemos aquí esta remasterización del original, prometiendo mejoras gráficas, más calidad en el sonido, su banda sonora de siempre y manteniendo su adictiva jugabilidad, la auténtica clave del juego. Entender las mecánicas de Lumines no es difícil, lo complicado es llegar a dominarlas. Se trata de una pantalla en disposición horizontal donde nos caen bloques cuadrados desde la parte superior. Estos bloques están formados por cuatro piezas y compuestos por uno o dos colores, representados en diferentes disposiciones. Al caer forman un muro que trataremos de eliminar disponiendo piezas cuadradas del mismo color mientras las rotamos. Si no has jugado nunca lo vas a entender mejor si miras el vídeo (al final de este artículo).
Pero la verdadera característica diferenciadora respecto a otros juegos de puzle es que las piezas no explotan de forma instantánea cuando se tocan, ya que hay que esperar a que la línea que barre la pantalla de izquierda a derecha pase por encima de los bloques. Esta línea de tiempo circula a diferentes velocidades, dependiendo del skin al que estés jugando. A veces pasará muy rápido (menor capacidad de reacción y, por lo tanto, mayor dificultad), excesivamente lenta (te da más tiempo para pensar, pero se te pueden acumular los bloques) o en velocidades intermedias, que es como te sentirás más cómodo.
Visualmente te irás enfrentando a las diferentes skins que irán mostrando apariencias visuales variadas: cambiarán los colores y las formas de las piezas de los bloques, los fondos animados, los efectos de barrido, las explosiones al conseguir diferentes intensidades de combos… Todo representado por colores sicodélicos y muchos elementos en pantalla que tratarán distraerte y estresarte.
Porque de eso se trata, de no ponértelo fácil. Tienes que estar pendiente de todo: de los bloques que caen, de cómo los colocas, de los colores, de la línea de barrido, de su velocidad, y de no tratar de volverte loco con los muchísimos elementos que aparecen en pantalla. Y todo al ritmo de la música. Una auténtica sensación, de verdad.
Sus novedades respecto al original
La remasterización es tan fiel al original que tampoco propone muchas novedades respecto a la versión de PSP. Particularmente he echado de menos algún nuevo modo que nos hubiera sorprendido, pero no, se ciñe a lo que ya nos presentaba la propuesta de 2004. Eso sí -y como ya viene siendo habitual en este tipo de juegos-, contamos con una gran variedad de modos, encabezados por mi favorito: el modo desafío.
Es la toma de contacto y la vía principal del juego, que te va mostrando oleadas infinitas de skins (ordenadas de una forma predeterminada) y que van ajustando su dificultad para que el reto no se convierta en un paseo. Te encontrarás con momentos de auténtica locura, donde sudarás la gota gorda, y otros donde podrás relajarte un poco más para reducir las pulsaciones de tu rítmico corazón. No hay tiempo para el aburrimiento.
Por supuesto podrás jugar solo o acompañado (con hasta 4 jugadores en PS4 y hasta 8 en Nintendo Switch o Xbox One), ya sea con amigos o contra el sistema. Con otros modos como el de misión, puzle o contrarreloj, que te proponen diferentes retos para ampliar la experiencia, y hasta personalizar tu partida con las skins que ya hayas desbloqueado para jugar a tu gusto.
La gran diferencia respecto al de PSP es que ahora puedes sentir el juego con la vibración del mando. La disfrutamos ya en las versiones más recientes, pero ahora se puede configurar la respuesta de la vibración según el ritmo o las acciones de los bloques, con lo que podrás conseguir la intensidad deseada que mejor se adapte a tu necesidad. Yo lo he notado especialmente en la versión de Nintendo Switch, donde este efecto destaca gracias a la vibración HD de los Joy-Con, consiguiendo que se integre a la perfección con su jugabilidad.
El toque curioso lo conseguimos con una opción apodada como vibración trance, que podrás utilizar para conectar otros mandos que tengas por casa para colocártelos en diferentes partes de tu cuerpo y conseguir un sorprendente efecto inmersivo, ya que todos los mandos vibrarán sincronizados. Yo no he tenido la oportunidad de probarlo, pero resulta una opción extrañamente atractiva…
Igual de adictivo y resistente al paso del tiempo
El juego de Tetsuya Mizuguchi (creador de otros juegos como Rez, Space channel 5 o Child of eden) sigue presentando esa hipnótica sensación de no saber cuándo parar debido a su componente adictivo. Con su sencilla mecánica y un atractivo precio (14,99 euros) te llevas una remasterización que cumple con su objetivo. Aunque tendrás que hacerte a la idea de que llega sin aportar muchas novedades y que te tocará enfrentarte a los desesperantes tiempos de carga que encontrarás hasta en la pantalla de título y que entorpecen la experiencia un poco.
Un detalle que me ha sorprendido: que el stick analógico izquierdo no tenga asignada la función de movimiento, como sí lo tiene -lógicamente- la cruceta direccional. Creo que el usuario debería poder elegir con qué mover los bloques teniendo estas dos opciones. A veces vienes de una pausa durante tu partida, con un momento de esos en los que la pantalla está llenita de bloques, te pones a mover el stick para continuar moviendo los que caen (porque es lo natural y porque te olvidas de que el stick aquí no vale para nada) y… ¡acabas cargándote tu buena racha! Qué rabia… Un parche arreglando esto, por favor.
Lumines: Remastered sigue siendo un puzle sencillo y único, con una espectacular banda sonora que nos presenta 40 temas electrónicos que ponen ritmo a un título que aguanta el tipo a pesar de haber pasado ya casi década y media. Un clásico actualizado que tal vez nos esté preparando para dar un paso más allá y traernos pronto una nueva versión… ¡Espero que sí!
Lumines: Remastered llegó a PS4, Nintendo Switch, Xbox One y Steam en formato digital el 26 de junio.
Es una remasterización creada por Enhance y distribuida por Ubisoft.
Está clasificado como PEGI 3 en el sistema europeo de contenido para videojuegos.