Super Mario party, el rey de la fiesta
Reúne a tus colegas y enfrentaos entre vosotros en el regreso triunfal de Super Mario party en esta nueva versión para Nintendo Switch.
Desde el lanzamiento de la nueva consola de Nintendo, ya hace algo más de año y medio, estamos comprobando cómo se siguen rescatando grandes juegos, sagas o franquicias que cobran vida en forma de nueva oportunidad para la híbrida. Hasta ahora, Mario ha sido el personaje más recurrente, pero su party game aún no había asomado la cabeza. Por suerte ya está aquí para demostrar todo el potencial de los Joy-con, el concepto insignia de Nintendo Switch, utilizando a sus personajes más emblemáticos mientras ofrece entretenimiento y diversión a partes iguales.
Lo comprobamos primero con 1-2-Switch y más tarde con los kits de Nintendo Labo. Los Joy-con son el verdadero potencial de la híbrida y la herramienta distintiva respecto al resto de consolas, y con esta nueva propuesta vemos cómo se pueden explotar y llevar al límite, jugando a la propuesta que ya conocemos pero con muchas novedades por descubrir: 4 jugadores, 80 minijuegos, nuevos personajes que se suman a la aventura y muchos desafíos, muy originales y disparatados, para disfrutar en compañía.
El futuro de la saga parte de nuevo desde aquí, así que vamos a descubrir qué es lo que se ha conseguido y a qué nos enfrentaremos. ¡Empieza la fiesta con Super Mario party!
Modo “Mario party” o como escuchar a los jugadores de la franquicia
En esta nueva fiesta de Mario, Nintendo ha aprendido mucho del feedback de sus jugadores, a los que ha escuchado y ha compensado con sus principales peticiones. En el modo principal, “Mario party”, comprobaremos cómo se han eliminado los turnos compartidos para dar paso a los turnos individuales, que están de vuelta y que convierten el juego en un gran tablero, como los clásicos juegos de mesa, algo que le sienta de maravilla.
Ya sabes cómo funciona, después de cada ronda toca un minijuego que enfrentará a los cuatro jugadores en un sistema dual de dados, los normales de seis caras y también los personalizados, para que personajes malotes como Bowser o el resto de esbirros de la saga aprovechen para añadir un sistema de dados trucados a esta fórmula magistral. Los tableros están diseñados de una forma excepcional, ofreciéndonos una superficie que va evolucionando a lo largo de la partida, donde no hay un final, y donde los power ups se van sumando turno tras turno ofreciendo una emoción extra y donde todo puede cambiar en cuestión de segundos.
La mecánica cambia un poco en el modo “Mario Party a dobles”, donde sí compartiremos turnos con el otro jugador, formando equipo. El objetivo sigue siendo el mismo, conseguir el máximo de monedas, pero mientras uno avanza imparable hacia el objetivo final, el otro puede dedicarse a molestar a la otra pareja de jugadores, entorpeciendo sus jugadas en el tablero y así ejercer de gancho en el arte de la distracción.
El resto de modos añade más diversión
Además de los modos “Mario party” y “Mario party a dobles” contamos con nuevas experiencias que aportan aún más diversión al juego. Toad, que siempre nos guiará sabiamente durante todas nuestras partidas mientras nos ofrece sus consejos, nos otorgará el party pad, algo así como una especie de controlador en forma de menú desde el que podremos acceder directamente a todos los modos de juego -una vez los hayamos disfrutado de ellos individualmente por primera vez en el mapa-, consultar la guía y también el joyero con todos nuestros coleccionables. Estos son los modos disponibles:
- “Torrente de aventuras”: Se nos propone jugar a bordo de un bote salvavidas mientras remamos río abajo e intentamos sortear obstáculos. La cooperación con el resto de jugadores es crucial para ir accediendo al resto de minijuegos, que mantienen un denominador común, el espíritu en equipo.
- “A todo ritmo”: Son las pruebas rítmicas del juego, donde bailaremos en grupo (con sus consecuentes situaciones disparatadas) y disfrutaremos de un estilo diferente de juego moviendo el esqueleto.
- “Minijuegos”: La colección completa de los 80 desafíos para que puedas echar unas partidas directas con tus minijuegos favoritos.
- “Mariotlón en línea”: La opción ideal si no tenemos con quién jugar presencialmente.
- “Sala de recreos de Toad”: Jugaremos en el modo portátil con una o dos consolas, experimentando con los diferentes desafíos que se nos proponen.
- “Pegatinas”: Usa los diferentes escenarios del juego y juega a crear divertidas escenas gracias a las pegatinas coleccionables que iremos desbloqueando mientras jugamos.
Jugar sin compañía se convierte en toda una experiencia, pero no se puede comparar con la de jugar en grupo. Todo el buen (y el mal) rollo que pueda salir de una partida con más gente no puede llegar a compararse con jugar solo contra la inteligencia artificial que te propone Super Mario party. Si nos faltan jugadores se rellenaran con nuestros amados personajes artificiales hasta completar un grupo de cuatro, ofreciéndonos la posibilidad de elegir entre tres niveles de dificultad para adaptar la partida al nivel de rivalidad deseado.
También tenemos la opción del modo multijugador en línea, donde notaremos una presencia humana real (mejor que la de la IA, evidentemente) pero no presencial, por lo que estamos más o menos en lo mismo. Por suerte también tenemos otras opciones para jugar fuera de casa, gracias a las posibilidades del modo tableta, donde existe la posibilidad de conectar dos consolas y jugar mediante una partida local. ¡Todo un acierto!
Los Joy-con, los auténticos protagonistas
Lo irás notando a medida que vayas probando cada uno de los minijuegos. Casi sin darte cuenta comprobarás cómo usas los Joy-con de una forma natural, sin que exista un gran esfuerzo por tu parte, donde todo se realiza de una forma fácil y divertida. Las 80 actividades te proporcionarán un nivel de diversión superlativo, ya sea de forma individual, formando parejas o en un modo tres contra uno. Con diferentes y muy locas maneras de jugar y con un denominador común: llevar al límite la capacidad técnica y las posibilidades de los Joy-con.
Estos mini-mandos (que en ocasiones me siguen pareciendo demasiado “mini”) son el verdadero logro de esta edición para Nintendo Switch, demostrando que cualquier jugador puede unirse a la partida, con misiones y retos diseñadas para contentar a todos. También ayuda muchísimo el hecho de incluir nuevos modos y la posibilidad de disfrutar de las verdaderas estrellas del juego -los minijuegos- sin tener que esperar tu turno. Es más, podremos probar cada minijuego antes de comenzar a puntuar, para que todos los participantes tengan la oportunidad de ensayar y tener claro cuáles son las reglas y el objetivo de la misión. De esta forma nadie puede jugar con ventaja y se ofrece un juego más igualado.
Ya hemos comprobado cómo Nintendo se esfuerza siempre y le echa imaginación a la hora de crear nuevos retos, consiguiendo la magia necesaria para regalarnos nuevas experiencias y ofreciéndonos situaciones que no hayamos podido vivir antes en ningún juego. No puedo ni imaginar el brainstorming de ideas al que debieron someterse sus creativos antes de ponerse a diseñar un juego como este, pero me parece magistral el cúmulo de conceptos que han salido de él y lo bien que se han aplicado en la versión final del juego. Hay elementos que van más allá de nuestra imaginación y que consiguen que lo imposible sea posible. Es tremendo.
La mejor fiesta de Mario
No se puede negar, Super Mario party se convierte desde ya en uno de los juegos más representativos del catálogo de Nintendo Switch, tan a la altura como Super Mario: Odyssey (cada uno destacando en su género, claro está). Es entretenimiento en estado puro, diversión a raudales y emoción sin final.
Aunque… siempre hay un pero y, por sacarle algún defecto, es obligatorio reconocer que es un juego que se ha concebido para ser disfrutado en compañía. Sí, se ha realizado un gran esfuerzo para que puedas jugar solo, pero no es lo mismo. Compartirlo con tres jugadores más es saber exprimirlo al máximo y la inteligencia artificial del juego no va a poder ofrecerte las risas, la diversión y los piques que sí vas a conseguir jugando junto a tus amigos.
Las sensaciones y la satisfacción que obtienes jugando con más gente son infinitamente mejores que jugar contra la máquina, donde también disfrutarás, pero… sin ser lo mismo. También es verdad que Nintendo, conocedor de este punto débil, ha hecho todo lo posible para minimizar este aspecto añadiendo algunos elementos interesantes a la competición e inaugurando un modo en línea, otro aspecto que suma pero que no puede sustituir la presencia física de humanos. Lo que sí se ha sabido hacer muy bien es sacarle todo el partido a la consola mediante sus Joy-con, que funcionan perfectamente y se adaptan a cada situación en los más de 80 minijuegos de una forma sencilla y natural, sin que suponga una dificultad para nadie.
Y así es como Super Mario party se ha convertido en uno de esos títulos a tener en cuenta a la hora de comprarte una Nintendo Switch de cara a estas navidades o en una compra casi obligada si ya la tienes y lo que buscas es pasártelo bien. Eso sí, ve haciendo hueco en casa, lo vas a necesitar.
Super Mario party · Nintendo · 5 de octubre · PEGI: 3