Microsoft alimenta el Xbox Game Pass comprando ZeniMax Media
Antes de que finalice el año 2020, Sony y Microsoft dejarán las cartas sobre la mesa con la que es su propuesta de nueva generación de videoconsolas. Por un lado, la apuesta más tradicional y continuista de Sony con PlayStation 5 se enfrenta a una propuesta diferente dentro de la industria: Un semi all-in al mercado digital de Microsoft gracias al, comúnmente denominado, “el Netflix de los videojuegos” como es el Xbox Game Pass y una reivindicación al hecho de jugar, independientemente de dónde y cómo lo hagas.
Cuando el pasado lunes 21 de septiembre Microsoft anunció la adquisición de ZeniMax Media Inc (Bethesda Game Studios, id Software o Arkane, entre otros) por, ni más ni menos que, 7.5 billones de dólares, la industria del videojuego dio un giro de 180 grados. No es para menos. Sagas, hasta este momento, multiplataforma como, por ejemplo, Doom o Fallout, pasan a formar parte de Xbox Game Studios -¿Qué quiere decir esto?- Pues, por lo pronto, que la última palabra de en qué plataforma se va a poder jugar a los próximos videojuegos de Bethesda dependerá exclusivamente de Microsoft.
Si me preguntas a mí, es un movimiento perfectamente lógico, que Phil Spencer (Head of Xbox) diga que el próximo Fallout se queda en exclusiva para dispositivos Microsoft, aunque sinceramente, creo que estamos todos de acuerdo que, en un principio, los de Redmond no han comprado ZeniMax por “robarle” juegos a su competencia. Recordemos que aquí no está solo Sony, también forma parte de esta tela de araña Nintendo ya que gran parte del catálogo de juegos de Bethesda Softworks terminan saliendo en la consola híbrida. Esta compra va más allá de poder vender en exclusiva en su ecosistema esos juegos. Por lo menos no a corto plazo.
La estrategia de Microsoft siempre pasa por el Game Pass y esto no iba a ser una excepción. La política de la competencia, basando su modelo de negocio en juegos exclusivos y precios, (a ojos del gran público, demasiado caros) allana el terreno a una Microsoft que ha basado parte de su hoja de ruta, de cara a la nueva generación, en convencernos que la suscripción es el camino. Si comparamos que los juegos tanto third como first party costarán, por norma general, de lanzamiento, unos 80 €, el atractivo que ofrece Microsoft se explica solo.
Al adquirir ZeniMax Media Inc no solo se aseguran de recibir cierto porcentaje de dinero por cada venta de productos (que intuyo que poco, precisamente, no será) sino que, a su vez, obtendría la victoria psicológica de cualquier usuario que vea como el The Elder Scroll 6 en PlayStation 5 costará de salida los 80€ que costarán los juegos de nueva generación y, sin embargo, tanto en PC, como Xbox y como incluso en un teléfono Android gracias al xCloud incluido en el Game Pass, el mismo juego se puede jugar desde el mismo día de lanzamiento por menos de 13 euros que cuesta la suscripción a día de hoy.
Por eso la estrategia de Microsoft no es de robar usuarios a su competencia y ni mucho menos del supuesto monopolio que cierto sector más afín a Sony nos quiere hacer creer, para nada. Microsoft quiere que juegues, independientemente de dónde lo hagas ya que están convencidos que ahora mismo sin grandes juegos exclusivos AAA en el horizonte (por lo menos con fecha confirmada) en las filas de ninguna de las dos compañías, solo son ellos los que te pueden ofrecer más de 100 juegos por menos de 20€ y que, ya que estás, si quieres, lo hagas o en una Xbox Series S o en una X. Esa es la única elección real que hay ahora mismo.