El pan nuestro de cada día
Todos los días Antena 3 nos introduce en un ambiente mágico por las mañanas.
Sin fallar aparece puntual en la pantalla Karlos Arguiñano, un cocinero de primera, divertido y ocurrente, que nos levanta el ánimo mientras nos enseña un día tras otro, recetas caseras aderezadas de sabiduría, de anécdotas y de chistes….
Lo primero que hace es presentarnos una exposición con los productos que va a cocinar, a continuación, se pone el delantal blanco, impecable, lavándose las manos con cuidado antes de empezar la faena.
“Hoy vamos a hacer unas albóndigas caseras. Como veis tengo aquí delante la carne picada, dos dientes de ajo, una cebolla, pan rallado, leche, dos huevos, pimienta y nuez moscada. Veréis que rico todo… Se acerca al lavabo abre el grifo y otra vez se lava las manos: “esto es muy importante, la limpieza sobre todo.”
De camino al fogón canturrea una canción mientras nos explica que en su huerta tiene unos tomates “riquí…simos”, y una yerbabuena que cuando el viento la mueve nos acaricia los sentidos.
“A los vascos nos gusta mucho comer, quizás por eso somos tantos cocineros de primera por el mundo.”
Sobre el fuego pone una sartén y una cacerola y comienza la faena.
“Mirad primero cojo dos dientes de ajo y les doy un golpe seco con el puño, para separar la piel”… Coge a continuación un cuchillo largo y afilado y a una velocidad de crucero, convierte en pequeñas láminas los dos dientes de ajo, hace lo mismo con la cebolla, con las zanahorias y con el pimiento rojo, tirando las cascaras a orgánicos, lavándose de nuevo las manos que seca en un mandil que lleva colgado en la cintura.
En una sartén pone todo a pochar con un chorro de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal, “cuando está en su punto, añadimos una cucharada pequeña de harina, una pastilla de caldo de carne, azafrán y un vaso pequeño de txacolin, el vino de la tierra”, luego pasa todo por un pasapuré, “ya tenemos la salsa”.
“Las albóndigas las hago mezclando la carne con los huevos añadiéndoles, la leche, la miga de pan, perejil y pimienta negra, una vez formadas, se pasan por la sartén y se mezclan de nuevo con la salsa en la cacerola…”.
Este espectáculo nos lo ofrece Arguiñano antes de comer. Nos presenta el plato finalmente con las albóndigas sobre un fondo de salsa multicolor, acompañado de una ensalada convenientemente aderezada, con un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra, vinagre de vino, pizca de sal y unos trocitos de nueces, “¡muy interesante!”, finalmente nos despide: “HASTA MAÑANA AMIGOS”, y se va canturreando: “EL COCINERO MÁS MOLÓN”, y nos deja como vulgarmente se dice con la miel en los labios…