Libros que pueden ayudar a remontar el 2020 - Libros a pie de calle

Libros que pueden ayudar a remontar el 2020

Llegó 2020 y se acabó la vida social (por fin). Vivir en Madrid es mental y físicamente agotador. La falta de tiempo para deleitarnos con una buena lectura hace que el acto deje de ser algo íntimo. Leemos apelotonados en los vagones del metro, arrinconados en el autobús. Los gritos, las voces pregrabadas y los empujones nos hacen apartar la vista del texto constantemente. Pero lo seguimos intentando. También están quienes se resisten al libro electrónico y cargan con un buen tocho. Un día vi a un tío con «Los Maia» de Queirós y pensé que lo mío con Keri Hulme había sido pura autocompasión. Los tendones del dedo gordo nos avisan pero nos da igual con tal de sacar unos minutos infernales para la lectura. Para mí, 2020 ha sido un año maravilloso respecto al tema que nos ocupa. He leído en el medio del campo sobre una toalla de playa, bajo una sombrilla y vistiendo ropa roñosa. He leído en la cama, capaz de superar los efectos somníferos del trajín diario. He leído con la máquina a máximo rendimiento, concentrada y disfrutando. Y gracias a esto, hoy os traigo esta lista de recomendaciones que resumen mis casi 365 días. Sí, 2020 ha sido un año de «eme», pero en el fondo yo no quiero que se acabe nunca.


Para los que reflexionan

«Un hombre acabado» (Cálamo) o «Gog» (Rey Lear) de Giovanni Papini. De ellos hablaré próximamente por aquí. Papini, un hombre obsesionado con alcanzar lo inalcanzable y que ahondó en el sentido de la vida hasta creerse un fracasado. Entró en un bucle de negatividad que narra a modo de confesión en «Un hombre acabado». Pero, ¿Acaso podemos juzgarlo? Como decía Camus, «Todo hombre se ha sentido igual a un Dios en ciertos momentos». «Gog» es de los libros más divertidos con los que he topado este año. Valiéndose de sátira construye a un personaje excéntrico que protagoniza todos los pequeños relatos del libro. Gog tiene el dinero suficiente como para construir una ciudad a su antojo o para pagar a Einstein y lograr charlar un rato con él.

«El año del pensamiento mágico» de Joan Didion (Literatura Random House). ¿Memorias, ensayo, novela de no ficción? Este libro es una mezcla de todo. Aborda la muerte, la pérdida de un ser querido, desde la propia experiencia y desde una perspectiva médica y emocional. Didion escribe de maravilla, las palabras fluyen y logra captar tu atención desde la primera página. Ha sido de mis últimas lecturas.


Para los que rompen las normas

Este espacio va también para dos títulos, pero presentaré primero a la editorial porque son dos hijos suyos. Y, confieso, podría incluir en este apartado a todos sus hermanos. La Navaja Suiza reúne esos libros que te apartan continuamente del texto pero que no puedes dejar de leer. Traigo a Ce Santiago con «El mar indemostrable» y a Pablo Gutiérrez con «Nada es crucial». Autores que han decidido probar otra forma de expresión, desde convertir la escritura en una sensación, en algo sonoro, hasta romper el relato lineal regalándonos una novela en forma de pequeñas píldoras. Para los que busquen belleza que prueben con Ce. De Pablo solo he leído esta novela, pero me arriesgo a decir que los que busquen un estilo inconfundible estarán encantados con la historia de Magui y Lecu. Pronto descubriré si estoy equivocada, ya he fichado lecturas para 2021. Si no os convencen os animo a echar un ojo al catálogo de la editorial, hay para todos los gustos.


Para los más canallas

Os prometo que la selección por sección no ha sido premeditada, pero resulta que los títulos de las mejores editoriales poco conocidas dicen mucho de ellas. Underwood y Malas Tierras, Malas Tierras y Underwood. Os traigo tres títulos, uno de cada una y una coedición:

«Berg» de Ann Quinn fue uno de los descubrimientos de este año. Desconocía completamente a la autora y me lo pasé excepcionalmente bien esperando el momento en que ese anuncio de la primera página se hiciese realidad. Ya hablé de él por aquí.

«El club» de Leonard Michaels, otro de Malas Tierras. A falta de unos retoques, tengo preparada una reseña que publicaré pronto. Inexplicablemente una obra que fue tachada de misógina/machista en su día. Y digo inexplicablemente porque este club está formado por siete machotes rematadamente idiotas. Una panda de gorilas lanzando hojas al aire mientras intercambian vanalidades.

«Vidorra» de Jean Pierre-Martinet. Las vidas perfectas no existen o lo son fugazmente. Una vida común se me antoja más a la de Adolfito: un trabajo de mierda, necesidad o impulso de agradar y resquemores familiares. Vidorra te lo bebes en un rato. Final por todo lo alto, adiós autocompasión y ¡Pum! A fantasear con lo que muchas veces has deseado hacer, mandar todo al garete.


Para los amantes de la literatura patria

«Los enanos» de Concha Alós (editorial libro de viejo). Descatalogado pero fácil de encontrar en librerías de segunda mano. Os invito a echar un ojo en Iberlibro, buena mercancía a mejor precio. Esta historia es una delicia escrita con una sencillez no poco elegante. Infinidad de personajes que viven en una pensión atrapados en la falsa ilusión de una gran ciudad. Si no conseguís haceros con él, La Navaja Suiza ha publicado «Rey de gatos», un libro de relatos.

Hablo aquí de otra editorial, La Felguera, con un catálogo que es el resultado del trabajo de un par de frikis. Y no me malinterpretéis con lo de frikis, porque es en el buen sentido. Servando y Bea son dos auténticos apasionados, entre otras cosas, de los bajos fondos de la España de finales del XIX y del XX, de sus novelistas bohemios, de la mitología, son capaces de detectar las obras más extravagantes de cualquier época. Es una de esas editoriales que crean comunidad. De ellos he leído este año a dos de nuestros clasicazos. «La lámpara maravillosa» de Ramón del Valle Inclán y «Las calles siniestras» de Pío Baroja (si habéis leído la trilogía de La lucha por la vida y os fascinaron los paseos por un Madrid Río irreconocible en la actualidad, os encantará). Solo la edición ya merece la pena.


Para los que leen a ratos

Para los que pierden el hilo ante los saltos temporales de su lectura traigo, como no, un par de libros de relatos que pueden durar todo el año. Libros perfectos también para intercalar con otras lecturas:

«Cuentos completos» de Vladimir Nabokov (Anagrama). Con Nabokov empecé con Lolita y me obsesioné. Este señor consigue engañarnos vilmente con sus libros. Si sus novelas se te hacen pesadas, porque cierto es que no es sencillo, sus relatos son igual de maravillosos.

«Cuentos» de Isaac Asimov (Debolsillo). Con su estilo carente de artificios, Asimov me ha parecido uno de mis mayores descubrimientos este 2020. Quedé prendada de la imaginación de este autor que, en muchas ocasiones, no se alejó mucho de la realidad que iba a llegar. Lo he repetido mil y una vez, los cuentos sobre Multivac son oro puro: un ordenador capaz de designar al presidente de Estados Unidos basándose en las respuestas de un test realizado a un solo ciudadano. Para flipar.


El porque sí…

«Contar es escuchar» de Ursula K Le Guin (Círculo de Tiza). Le Guin asoma poco a poco en cada uno de los textos que recopila este ensayo. Comparte con nosotros su fascinación por la escritura y la lectura, nos habla de algunas cuestiones personales y opiniones sobre la mujer en la literatura, la ficción y la no ficción o el ritmo de la prosa. Todo lo hace con una sencillez y una lucidez impresionante. Sobre lo último, sobre el ritmo, incluye un texto fantástico analizando El Señor de los Anillos. Lo recomiendo como un ‘porque sí’ porque sus textos me han hecho pensar en la literatura más que cualquier otro libro hecho al respecto.

¡A leer!

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