Gradas vacías
El deporte sin sus aficionados no es deporte. El atletismo, la natación, la gimnasia, el fútbol, el golf, el baloncesto… no son lo mismo con las gradas vacías. El deporte es emoción, alegría, sufrimiento por tus equipos o deportistas favoritos. Por eso llama la atención que en estos tiempos del coronavirus se intente competir a toda costa. Sin público. Sin pensar en qué opina el abonado de un club que se deja un dineral o el aficionado que con todo su esfuerzo acude una o dos veces al año a ver al equipo de sus amores.
Todo parece indicar que, cuando las condiciones sanitarias lo indiquen, volverá la competición en la Liga de fútbol. La de baloncesto ha puesto una fecha límite para decidir qué hacer. Otros deportes también buscan soluciones para volver, pero sin nadie que les aplauda. Solo virtualmente y desde sus casas. Hay tanto dinero en juego que parece no haber otra solución.
La primera vez
Recuerdo la sensación que tuve el 27 de octubre de 1991. Ese día fui por primera vez a ver un partido de fútbol. Tenía nueve años y desde que me levanté por la mañana estuve nervioso por lo que llegaría horas después. A las 17:00 comenzó el partido. Era un Real Madrid- Logroñés. No fue un encuentro para recordar por el juego, pero sí por lo que significaba para mí, ir por primera vez al Bernabéu. Acabó 3-0 a favor del Madrid con dos goles de Hierro y uno de Luis Enrique.
Era un partido de Liga, normal y corriente. Pero el Santiago Bernabéu estaba lleno. El ambiente me puso los pelos de punta y lo recordaré toda la vida. Como todos los partidos que he visto a lo largo de los años en el estadio madridista. O los partidos de baloncesto en el Palacio de los Deportes, el tenis en la Caja Mágica o el atletismo en Gallur y Vallehermoso. Siempre con un montón de gente animando y disfrutando del deporte.
Sin público
Ver deporte en un estadio o pabellón lleno de gente no tiene ni punto de comparación con los miles que vemos en nuestras casas. El deporte con las gradas vacías no tiene sentido. Es inexplicable. Como ir a ver una película al cine con la sala vacía o al teatro con las butacas sin gente. ¿No sería más razonable volver todos juntos cuando se pueda? Que los deportistas vuelvan a sus instalaciones cuando puedan regresar sus seguidores.
Lo que es más lamentable es que se esté planteando hacer test a los futbolistas. Decisiones de señores egoístas que dirigen el “deporte rey”. Deberían hacérselos a todos los ciudadanos a la vez, sin distinción. Y si hay que decidir a quién hay que poner en primer lugar, antes están los sanitarios y todos los colectivos que se están dejando la piel en primer línea durante la crisis del coronavirus. No puede ser que el dinero que genera el fútbol se anteponga a la salud de todos. El fútbol, salvo casos excepcionales, se está cubriendo de gloria durante el confinamiento.
La portada de abril de la revista Sports Illustrated es una de las mejores que hemos visto en el confinamiento. Refleja lo que está ocurriendo en el deporte mundial y lo que va a ocurrir próximamente si se puede jugar a puerta cerrada. Impresiona la realidad. Los tiempos que nos ha tocado vivir. Gradas sin gente.