Lunes de Pascua: 13 años sin ‘Karol’ ni San Juan Pablo II

Lunes de Pascua: 13 años sin ‘Karol’ ni San Juan Pablo II

¡Mis queridos palomiteros! Lunes de Pascua: 13 años sin ‘Karol’ ni San Juan Pablo II. Sí, tal día como hoy, 2 de abril, a las 21.37 horas, desaparecía el Papa de los récords, el atleta de Dios. Y a pesar de que el séptimo arte ha explotado con respeto la imagen del Pontífice, sin menoscabo de otras producciones, yo me quedo con las dos versiones de Karol.

El 1 de mayo de 2011 fue declarado beato por el Papa Ratzinger.

Y el 27 de abril de 2014 el Papa Francisco lo declara santo.

En abril de 2005 se estrenó en el Canale 5 de la televisión italiana, y luego en todo el mundo, la película Karol Wojtyla. La historia de un hombre que se convirtió en Papa. Dirigida por el italiano Giacomo Battiato, narra la vida de Juan Pablo II desde la invasión nazi en Wadowice durante la II Guerra Mundial, hasta su elección como Romano Pontífice el 16 de octubre de 1978 a los 58 años de edad.

El Papa San Juan Pablo II, en una imagen institucional
El Papa San Juan Pablo II, en una imagen institucional

Interesantísima película, muy bien interpretada por el actor polaco que encarna al Papa, Piotr Adamczyk. Muestra con sabiduría e inteligencia los aspectos históricos que contribuyeron a forjar la personalidad de Juan Pablo II.

En ese sentido para mucha gente puede resultar novedoso ver a un Papa que no es producto de sacristías e inciensos. Sino que ha crecido siendo parte activa de los acontecimientos más terribles del siglo XX.

Un Papa que sabe lo que es la vida del obrero, lo que es la persecución. Lo que son las dictaduras, lo que es la violencia. Que ve cómo poco a poco se va quedando solo. Éste es el aspecto más emocionante y pedagógico del filme.

Sin embargo, están menos desarrollados los aspectos de la vida de fe de Wojtyla. Su vocación, o su conciencia de hombre orante, que se echan de menos. En el recorrido que realiza la cinta comprobamos cómo siente la vocación sacerdotal.

Después le acompañamos en los años duros del comunismo, cuando era acosado por los espías del régimen. Al tiempo, asistimos a su ordenación episcopal y su relación con el cardenal Stefan Wyszinski. Así como le encontramos apoyando a los obreros en Nova Huta.

Con una interpretación sobresaliente de todo el reparto y una puesta en escena muy realista, la película insiste en la debacle nazi. Y en el problema sobre el comunismo. Estructuralmente podremos decir que durante la primera hora y media se ponen de relieve los aspectos más duros para el joven Karol. Mientras que en la última desarrolla sus vivencias como profesor, obispo y cardenal.

Entre los episodios más representativos, encontramos la iniciativa de Wojtyla de pedir perdón por los pecados de la Iglesia. También, las dos intervenciones en el Concilio Vaticano II, apoyadas estéticamente con imágenes de archivo. Cómo no, las votaciones en el cónclave que lo conduciría a ser proclamado Sucesor de Pedro.

Inventadas o no, resultan deslumbrantes las secuencias que llevan al proceso de conversión del espía que le sigue los pasos. O el milagro conocido sobre la mujer de un amigo, al que le habían detectado un cáncer de pulmón. Plegaria por la que el futuro Juan Pablo II rezó al padre Pío.

Existen sobradas muestras de la simpatía del protagonista. Una de ellas, cuando en el cónclave que le conduciría al papado, mira los zapatos del resto de cardenales. Otra, cuando dice misa sobre una canoa boca abajo. Y otra cuando el gran Wyszinski examina su vestimenta tras el nombramiento como obispo

13 años sin ‘Karol’ ni San Juan Pablo II, pero que hoy recordamos a través del cine

A esta miniserie de tres horas le siguió otra de otras tres, Karol II: El Papa, el hombre, rodada en 2006 y también dirigida por Giacomo Battiato. La película sigue la historia íntima de Karol Wojtyla, desde el inicio de su pontificado en 1978, hasta su muerte en 2005. En este periodo Juan Pablo II se convirtió en el Papa más importante de la historia moderna. Como se sabe, su papel fue clave para preservar la paz en los distintos acontecimientos sociales que lo acompañaron. Ahí tenemos la caída del comunismo o los incipientes conflictos en Oriente Medio.

A pesar del atentado que intentó silenciarlo, siempre mostró su entereza y su increíble capacidad para pedir perdón. O lo que es lo mismo, un fiel testimonio de la voluntad humana en su lucha por la convivencia entre las distintas religiones del mundo. Entre otras cosas para combatir la causa de los desamparados. Y para permanecer valerosamente al frente de la Iglesia, a pesar de las enfermedades que mermaron su salud en los últimos años de su vida.

Y así, un largo etcétera de anécdotas y de frutos sabrosos de un filme con un guión impecable y una realización soberbia, donde el cineasta Battiato mira a los personajes de manera muy íntima. La misma forma con la que Wojtyla nos ha mirado durante casi 27 años.

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