¿Te has preguntado alguna vez por qué te sientes culpable? La película ‘Expiación. Más allá de la pasión’ tiene todas las respuestas
¡Mis queridos palomiteros! ‘Expiación’: Joe Wright analiza el peso trágico de la existencia. Ciertamente nos hallamos ante una película reveladora. Recibió siete candidaturas a los Globos de Oro y se alzó con el galardón a la mejor película dramática. El filme del director londinense (Orgullo y prejuicio, 2005) es la adaptación del best seller homónimo del inglés Ian McEwan, y de nuevo cuenta con su actriz fetiche Keira Knightley en el papel principal.
La acción arranca en un caluroso día de verano de 1935, en la casa de campo de la familia Tallis. La pasión reprimida y una serie de malentendidos llevan a la imaginativa Briony a acusar al bondadoso Robbie de un crimen que no había cometido.
Ese acto destruye desde la raíz el apasionado idilio que se estaba forjando entre el joven y Cecilia, la hermana mayor de Briony. Años más tarde, con las vidas de la pareja destruidas, Briony intentará conseguir su perdón.
‘Expiación’: Joe Wright analiza el peso trágico de la existencia, en este singular drama romántico ambientado en la II Guerra Mundial
Nos hallamos ante un melodrama moderno, muy de nuestros días, sofisticado y atrevido, preciosista y con personalidad, que analiza el peso trágico de la existencia de tres personajes arrebatados de la normalidad por un incidente puntual de gran calado moral.
En esta ocasión, Wright no parece interesado en desplegar las grandes alas del melodrama clásico sino en plasmar las sensaciones y desesperaciones de cada uno de sus personajes (inspiradísimos Keira Knightley, James McAvoy y Saoirse Ronan) y, sobre todo, del peso trágico de sus destinos.
Por su parte, el guión despliega bien estos temas centrales –pecado, culpa, penitencia, reparación, perdón…–, al tiempo que habla de los prejuicios de clase y muestra el horror bélico de la Segunda Guerra Mundial.
Desde el punto de vista estructural, la historia se encuentra divida en tres partes bien diferenciadas, donde la fotografía adquiere un especial protagonismo al aportar un tratamiento lumínico distinto para cada una de ellas.
Arranca con la colorida vida en la campiña inglesa para irse oscureciendo a medida que la II Guerra Mundial ensombrece las esperanzas y el futuro de los protagonistas en tierras francesas y en un sombrío Londres.
Además, resulta brillante y elegante en su puesta en escena. Y arriesgada en sus intenciones. De hecho, el director alterna puntos de vista, modela su desarrollo con la magistral música de Dario Marianelli, juega con el tiempo y el espacio, y divide continuamente la perspectiva explicativa para ofrecer una panorámica privada de las consecuencias en los tres protagonistas.
Sin duda, un filme recomendado para los fans de La delgada línea roja (Terrence Malick, 1998) e Inocencia interrumpida (James Mangold, 1999), por ejemplo.