No estoy seguro de que lo sepas, pero ‘hace mucho que te quiero’
¡Mis queridos palomiteros! ‘Hace mucho que te quiero’: Impactante debut del francés Philippe Claudel. Hace 12 años Golem llevaba a las salas de cine este intenso drama, que a nadie deja indiferente.
No en vano la historia se alzó con el premio César a la mejor opera prima y a la mejor actriz secundaria. Además, en los European Film Awards conquistó el premio a la mejor actriz y los BAFTA se hizo acreedora del galardón a la mejor película extranjera.
La película cuenta la historia de Juliette (Kristin Scott Thomas), que está a punto de salir de la cárcel. Allí ha permanecido encerrada quince largos años a causa de un terrible asesinato.
Le aguarda fuera su hermana pequeña Léa (Elsa Zylberstein), que va a acogerla en su casa, donde vive con su marido Luc (Serge Hazanavicius) y dos niñas pequeñas vietnamitas, adoptadas, más el suegro que ha perdido el habla. Como es natural, la acción criminal de Juliette causa rechazo al pedir trabajo.
Sólido debut en la dirección del novelista francés Philippe Claudel (Une enfance, 2015) -autor también del guion-, que demuestra un gran dominio de la narración y dosifica con inteligencia la información acerca de las circunstancias de cada personaje.
‘Hace mucho que te quiero’: Impactante debut del francés Philippe Claudel
El filme toca muchos palos, y todos muy sabiamente: el problema del sufrimiento, distintos tipos de prisiones, físicas o mentales, la muerte, la soledad, la incapacidad de abrirse al otro, la confianza, la familia como necesario lugar de acogida, el sentido de culpa, la amargura…
Vaya por delante que aunque la trama se presta a todo tipo de excesos dramáticos, Claudel es muy equilibrado y sobrio, lo que da mucha más fuerza a los terribles sucesos que acontecen. Además, sabe esporádicamente puntear la historia con algún leve desahogo humorístico, como hiciera siempre el genial Alfred Hitchcock.
Entre el lucido reparto merecen menciones especiales las dos hermanas, Kristin Scott Thomas, Elsa Zylberstein y los roles masculinos de Serge Hazanavicius y Laurent Grévill.
Convendría, no obstante, regresar con más frecuencia a historias como ésta, independientemente de sus focos de exhibición, donde queda demostrado que un buen guión en las manos adecuadas no falla nunca.