‘Mi amigo el gigante’: Steven Spielberg filma una emotiva fábula fantástica y rinde un sentido tributo a la animación y a la familia
¡Mis queridos palomiteros! ‘Mi amigo el gigante’: Emotiva fábula fantástica del genial Steven Spielberg. El filme que nos ocupa es la traslación de The BFG, popular libro clásico de la literatura infantil del escritor británico Roald Dahl y publicado en 1982, a la pantalla grande bajo la sapientísima batuta del oscarizado cineasta, uno de los grandes directores de cine todos los tiempos.
Por su parte, la película sigue las andanzas de Sofía (Ruby Barnhill), una niña huérfana que vive en un orfanato. Una noche en la que no puede dormir decide asomarse a la ventana, algo completamente prohibido en la estricta institución donde está.
Y desde allí ve algo completamente extraordinario: un hombre de un tamaño enorme (Mark Rylance) se asoma a las casas de la gente mientras duermen. Cuando el gigante descubre que una niña le está espiando, decide llevarse a Sofía de la mano y viajar con ella al País de los Gigantes.
Digamos que esta película de animación, en líneas generales, durante la primera hora no parece de Spielberg. O se parece a Hook, o a Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, es decir, a lo más flojo de su filmografía.
Me explico: no es que esa primera mitad sea mala. Es narrativamente impecable y visualmente avasallante (otro prodigio técnico de su factoría y van…), pero nunca se ve la mano, la marca, el estilo del Spielberg más intenso, más cinéfilo, más arriesgado ni más emotivo.
‘Mi amigo el gigante’: Emotiva fábula fantástica del genial Steven Spielberg
Por suerte, todo mejora y mucho en la segunda hora. Allí la película se convierte en un Spielberg puro y fascinante y es cuando Mi amigo el gigante hace recordar a E.T.: El extraterrestre (ambos filmes tuvieron el frente del guión de Melissa Mathison).
Así, su aportación al cine de aventuras fantásticas para toda la familia, tras Lincoln, El Puente de espías, Ready Player One o su ejemplar oficio como productor en Jurassic World: el reino caído, Mi amigo el gigante resulta un espectáculo visual extraordinario y una demostración más del esplendor de un director de inmensas dimensiones, facetas, matices y cualidades.