‘Plumíferos, aventuras voladoras’: Convence la animación en 3D en Argentina
¡Mis queridos palomiteros! ‘Plumíferos, aventuras voladoras’: Más que animación en 3D en Argentina. La distribuidora de cine y DVD, European Dreams Factory, estrenaba hace ocho años en toda España esta película de animación filmada en Argentina y dirigida por Daniel de Felippo y Gustavo Giannini. Después llegarían las poderosas Minúsculos, el valle de las hormigas perdidas (Francia) o Mi amigo el gigante (Estados Unidos), por citar dos historias referenciales en la historia de la animación.
La aventura -dirigida especialmente a los más pequeños de la casa- cuenta la historia de Juan, un gorrión de ciudad con grandes habilidades para volar -de las que le encanta presumir- con un sueño inalcanzable: ser un pájaro exótico.
En otro lugar de la ciudad está Feifi, un canario hembra que vive en cautiverio y anhela ser libre para poder disfrutar de la vida salvaje. Su dueño, el Señor Puertas, es un obsesivo magnate de la industria del software que no tolera que las cosas se escapen a su control, aunque, paradójicamente, es un error de su sistema el que permite que Feifi se escape.
Mientras Feifi disfruta de su esperada libertad, Juan y sus amigos comparten simpáticas andanzas en la ciudad. Inesperadamente, los caminos de ambos se cruzan y Juan estará ya muy cerca de conseguir su sueño…
‘Plumíferos, aventuras voladoras’: Más que animación en 3D en Argentina
Con la asesoría artística del laureado realizador argentino Juan José Campanella (El hijo de la novia, 2001), Plumíferos, aventuras voladoras, se ha convertido en la primera película rodada en 3D en Argentina con software libre en el mundo, y a pesar de que se aleja de la idea Pixar en la animación, el filme resulta entretenido, ocurrente, cuenta con excelentes gags argentinos y una banda sonora con canciones pop al mejor estilo Disney, que están en función de la película y no lo contrario tal como ocurre en la empresa líder en animación mundial.
Una vez más queda demostrado que sólo cuando las ideas fluyen los productos funcionan, con independencia del resultado final en la factura técnica.