Clint Eastwood resucita, con estilo y personalidad, la memoria de los rockeros que fundaron ‘The Four Seasons’ en el biopic ‘Jersey Boys’
¡Mis queridos palomiteros! ‘Jersey Boys’: Clint Eastwood triunfa con este biopic de tintes musicales. Hace seis años llegaba a las salas de cine este atractivo trabajo, subtitulado Persiguiendo la música que, como siempre, venía con todas las credenciales para convertirse en un éxito. Y eso que el camaleónico y oscarizado actor estadounidense había estado fuera de la dirección de cine durante tres años.
La película cuenta la historia de cuatro jóvenes de Nueva Jersey, que tras llevar una vida disoluta y aventurera decidieron unirse para crear el icónico grupo de rock The Four Seasons.
La aventura sobre sus esfuerzos y triunfos va acompañada de las canciones que influyeron en toda una generación. Ambientada en los años 50-60, y antes de que irrumpieran en el panorama musical los Beatles, la cinta retoma lo esencial de la producción teatral homónima presentada en Broadway en 2005, y ganadora un año después del Tony Award como mejor musical. Los guionistas de la cinta, Marshall Brickman y Rick Elice, adaptan su propio libreto teatral y tres de los protagonistas proceden de la puesta en escena original.
‘Jersey Boys’: Clint Eastwood triunfa con este biopic de tintes musicales
De nuevo, Clint Eastwood sorprende con sus dotes artísticas en este biopic, vendido erróneamente como musical, dado que abunda más en la historia de sus integrantes y sus músicas que en una colección de números musicales al estilo de West side story (Robert Wise, 1961).
O dicho de otro modo: Jersey boys: Persiguiendo la música sigue la estela de los magníficos biopics Ray (Taylor Hackford, 2004) o En la cuerda floja (James Mangold, 2005). Y, de nuevo, el realizador californiano invita al espectador a redescubrir los personajes, el lenguaje o el catolicismo en la misma línea con que desarrolló su deslumbrante Gran Torino (2008), donde Eastwood potencia su afinidad con el cristianismo.
Pero lo que realmente busca el realizador en Jersey boys: Persiguiendo la música es el lado íntimo de cada personaje, con sus aristas y contrastes –con la mafia inevitable por medio– para por fin dar valor de protagonismo a sus personajes principales -prácticamente ha prescindido de actores conocidos- que malviven en un barrio italo-americano de clase baja con absoluta minuciosidad, siempre fiel a su estilo narrativo clásico.
El filme desarrolla con exhaustividad y acierto las diferentes maneras de encarar la vida de cada uno los cuatro integrantes
De este modo, el filme desarrolla con exhaustividad y acierto las diferentes maneras de encarar la vida de cada uno los cuatro integrantes: Valli, responsable y con la intención de formar una familia, a pesar del sino trágico que lo acompañó; DeVito, despilfarrador y mujeriego, lo que le llevó a la quiebra; Gaudio, un compositor de gran nivel, que vio el futuro de Valli y Maíz, que soportó a DeVito hasta que no pudo más y dejó todo por su familia.
Y todo ello lo pone Clint Eastwood en la pantalla a través de una narración fílmica de ritmo frenético y despreocupado de una época luminosa, al principio del filme, que contrasta con su tramo final donde se revela un tono mucho más oscuro.
En cualquier caso, Jersey boys: Persiguiendo la música comparte ciertas similitudes con el drama criminal Goodfellas (Martin Scorsese, 1990) y con el voice over de algún personaje dirigiéndose al espectador, comentando las acciones o el comportamiento de otro protagonista; una experiencia interactiva que añade un poco usado recurso dramático pero que funciona a la perfección.
Además, Clint Eastwood vuelve a demostrar su reputación como director de cine de autor y su talento en la dirección de actores. Asimismo el filme despliega abundantes dosis de humor, un fascinante crescendo musical, una puesta en escena fresca y cuenta con una fotografía muy colorista y direccionada. De nuevo, una gran película.