‘Sin Olvido’: Elegante road movie de Martin Sulík no olvida el Holocausto
Blog: Palomitas de Maíz

El cineasta eslovaco, Martin Sulík, no olvida el Holocausto en su elegante road movie ‘Sin Olvido’

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¡Mis queridos palomiteros! ‘Sin Olvido’: Elegante road movie de Martin Sulík no olvida el Holocausto. Mañana, 18 de septiembre, llega a los cines españoles, de mano de Surtsey Films, esta historia sobre la reparación de la memoria, escrita y dirigida por el cineasta eslovaco de 55 años, Martin Sulík. Multipremiada por medio mundo, fue preseleccionada por Eslovaquia para competir en los Oscar en la última edición de estos premios.

Cartel promocional | ‘Sin Olvido’: Elegante road movie de Martin Sulík no olvida el Holocausto

La película sigue las andanzas de Ali Ungar, un hombre 80 años. Ha encontrado un libro de un exoficial de las SS que describe sus actividades en Eslovaquia durante la guerra y se da cuenta de que sus padres fueron ejecutados por él. Inicialmente querrá saldar la deuda para honrar la memoria de estos parientes.

En el intento se topa con Georg Graubner, hijo del alemán asesino, que resulta ser un profesor jubilado al que le gusta vivir bien y no quiere saber nada de la historia sobre su padre. Sin embargo, la visita de Ali despierta su interés y los dos hombres emprenden un viaje a través de Eslovaquia en busca de testigos -respuestas- supervivientes de la tragedia.

Fotograma del filme | ‘Sin Olvido’: Elegante road movie de Martin Sulík no olvida el Holocausto

‘Sin Olvido’: Elegante road movie de Martin Sulík no olvida el Holocausto

Vaya por delante que Sin Olvido es una historia elaborada al margen de las habituales películas sobre la Segunda Guerra Mundial, donde se exprime el Holocausto, a veces con un realismo abrumador, como ocurría con La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1994) o con Katyn (Andrzej Wajda, 2009), por citar sólo dos de los muchos ejemplos fílmicos existentes sobre el conflicto. En el caso que nos ocupa, la búsqueda del padre ausente -en todos los sentidos- se sostiene a través de personajes contemporáneos, cuya lucha no es física, sino reflexiva y, si cabe, más rotunda que la otra.

Fotograma del filme | ‘Sin Olvido’: Elegante road movie de Martin Sulík no olvida el Holocausto

Para ello, Martin Sulík y Marek Lescák han pertrechado un sólido guión, fácil de seguir, donde enseguida quedan perfectamente definidas las chocantes personalidades de nuestra pareja principal, a la que dan vida con suficiente talento y personalidad, el director de cine checoslovaco recientemente desaparecido, Jiří Menzel (Trenes rigurosamente vigilados -Oscar en 1966 a la mejor película en lengua no inglesa-) y el austríaco Peter Simonischek (Toni Erdmann), dos veteranos cuya acreditada experiencia son lo mejor del filme.

El primero se caracteriza por su seriedad y templanza y el segundo no puede escapar de su ironía y jocosidad. Sin embargo, poco a poco se irá construyendo entre ellos una emotiva amistad. Buena parte de este éxito es asunto de Sulík, que ha sabido recoger con valentía la autenticidad que ambos personajes destilan.

Fotograma del filme

Afinado retrato sobre la búsqueda del ser perdido a través de un guión redondo

Por su parte, Sin Olvido se encuentra estructurada en dos partes. En la primera de ellas, la más sutil y dialogante, de estilo depurado y poético, pone de relieve las singularidades que experimentan estos hombres en busca del sentido. La segunda, con más hondura dramática, se acentúan las asfixiantes vicisitudes con que se van encontrando.

Además, funciona muy bien en su tono gris y desgarrador, trufado de humor para rebajar la tensión, y cuya puesta en escena y ambientación se acompañan de una banda sonora de gran elocuencia. Así las cosas, resultan llamativas las localizaciones donde nuestros protagonistas comienzan a hallar respuestas, la otra gran baza del filme.

Fotograma del filme

Queda, pues, un afinado retrato sobre la búsqueda del ser perdido a través de un guión redondo, donde se perfila con acierto las relaciones entre víctima y verdugo y abre un atractivo debate sobre la importancia del diálogo para comprender al que está a nuestro lado y llegar a acuerdos, aunque no piense del mismo modo. O dicho de otro modo: juntos el camino que se hace es más enriquecedor, lo cual también da pie a una reflexión más serena sobre el sinsentido de las guerras y de la necesidad de que las futuras generaciones puedan entenderse mejor.

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