El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro
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El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro

¡Mis queridos palomiteros! El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro. Si algún día se filma una película para cine sobre esta gran mujer (soy consciente de que existe una para televisión, Clara Campoamor, la mujer olvidada, Laura Mañá, 2011), no se me ocurre mejor guionista que Luis Español, que tantas informaciones nuevas ha ido aportando sobre la gran sufragista. Me refiero hoy a ella, cuando se conmemoran 49 años de su muerte.

El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro
El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro

Flashback. Hace un par de años, asistí en el Senado a la presentación de la sexta edición de La Revolución española vista por una republicana, obra de Clara Campoamor traducida del francés por el propio Luis Español que, además, es autor de una introducción completísima que constituye una verdadera biografía actualizada de doña Clara.

El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro

Recuerdo la breve presentación de Andrés Trapiello, que debía estar encantado: el salón del Senado es el Salón de Pasos Perdidos, que así se llaman también los diarios de don Andrés. El discurso de Luis Español terminaba, precisamente, con la muerte de doña Clara, y a nuestro escritor se le quebraba la voz y se le humedecían los ojos evocando el último viaje de Clara Campoamor, una escena final y extraordinaria. Como adquirí un ejemplar, quiero reproducir aquí y ahora algunas de las líneas que dedica Español a la última escena de la vida de Clara, su fallecimiento y el regreso de sus cenizas a España.

“En alguna carta suya se jacta de su buena salud, pero también de que le cuesta trepar por las cuestas de Lausana. Lo cierto es que no sabemos nada, sino que en los últimos años de su vida va perdiendo la vista y ya no puede leer. En noviembre de 1971 la operan de cataratas. Cinco meses más tarde, el corazón más valiente del siglo XX español dejó de latir. Era el 30 de abril de 1972.

El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro
El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro

A las 8.45 del 3 de mayo siguiente, los restos de Clara abandonaban para siempre su hogar, la casa de Antoinette, el último y tierno refugio de nuestra gran campeona. No sabemos quiénes formaban parte del cortejo, aparte de Antoinette; suponemos que amigos de Lausana o quizá algún pariente o feminista venido del extranjero.

Clara Campoamor es también un ejemplo de tenacidad para los estudiantes tardíos

El duelo se reunió una hora más tarde en la capilla del crematorio de Lausana. Días más tarde, la urna de Clara, provista de todos los sellos oficiales, será depositada en su actual sepultura del cementerio de Polloe, en San Sebastián, en una tumba de la familia de Pilar Lois, su ahijada.

En esta ocasión no fue detenida ni encarcelada. Como melancólicamente observaron Fagoaga y Saavedra, tuvo Clara Campoamor que verse reducida a cenizas para poder entrar y quedarse en España. […]

El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro
El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro

Nuestros soldados, cuando quieren honrar a los caídos, corean una bella oración: La muerte no es el final. Si la muerte de Clara Campoamor puso un punto final a su existencia, no consiguió acabar con su legado. Campoamor es casi una aliteración de Campeador, y como un nuevo Cid doña Clara ganó batallas después de muerta, la batalla de la memoria, y la batalla de las ideas, cabalgando a lomos de un libro crucial, obra de Concha Fagoaga y Paloma Saavedra. […]

El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro
El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro

Gracias a esa obra, la vida de Clara Campoamor, sus palabras, sus discursos, su trayectoria volvían a la luz. Se iniciaba un verdadero maremoto biográfico y bibliográfico y algo todavía más importante: volvían a circular las ideas de Clara, se creaban agrupaciones y asociaciones con su nombre, y los españoles, como pueblo, tanto hombres como mujeres, recibían en la biografía de Campoamor un modelo incorruptible de voluntad al servicio de la libertad y de la ley.

Campoamor es casi una aliteración de Campeador, y como un nuevo Cid doña Clara ganó batallas después de muerta

Clara es también un ejemplo de tenacidad para los estudiantes tardíos y los trabajadores que tienen ambición y desean progresar. Para Clara Campoamor el pasado nunca fue una cadena, una losa que determina y entierra el porvenir, sino un punto de partida hacia un destino más brillante. Hoy son más de cuatrocientas las calles que llevan en España el nombre de Clara Campoamor e incontables los homenajes que ha recibido nuestro personaje, al que está dedicada una sala del Congreso de los Diputados y del que se han emitido sellos y monedas”.

Nadie puede dudar del poder de los libros cuando se piensa en todo lo alcanzado. Vosotros tenéis la palabra, palomiteros.

El último viaje de Clara Campoamor, fundido a negro
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