‘Human life’: Más que un sí a la vida, un demoledor testimonio de amor
¡Mis queridos palomiteros! ‘Human life’: Guto Brinholi y Luiz Henrique Marques dicen sí a la vida. Hoy, 11 de junio, llega a las salas de cine españolas, Human Life, documental vivificante y optimista, dirigido por los jóvenes directores brasileños Guto Brinholi –no os perdáis la entrevista que realicé al cineasta– y Luiz Henrique Marques. La producción se ha llevado a término entre Italia y Brasil y de la distribución se encarga European Dreams Factory.
De nuevo, nos hallamos con la autenticidad de una historia que destila personalidad en el contexto de una época que respeta poco la cultura de la vida. En este sentido, Human Life ilustra la verdadera belleza e importancia de ese don, incluso en medio del sufrimiento y las dificultades. Y de esa manera el filme toma el pulso a todas sus etapas y desafíos.
‘Human life’: Guto Brinholi y Luiz Henrique Marques dicen sí a la vida
En su periplo, Human life explora varias historias reales, en formato de testimonio, a cada cual más atractiva. De esta manera, nos encontramos con las vivencias de un pintor tetrapléjico, del fundador de un hogar para niños abandonados y discapacitados, de un surfista que perdió las manos en un accidente.
O con las de una ex medallista olímpica que se ofreció como voluntaria en un centro de apoyo para mujeres embarazadas, la madre de una niña con síndrome de Down, una superviviente del Holocausto y muchos otros testimonios.
Todos ellos ponen en entredicho nuestro comportamiento al pensar que en nuestra vida, llena de comodidades, nos faltan estímulos.
Como decíamos arriba, Human life -que se construye como un icono- ha sido filmado en algunos de los lugares más bellos de Italia, Brasil, Alemania y Estados Unidos. En este sentido, es muy de agradecer el trabajo que ha realizado Luiz Henrique Marques con el diseño de fotografía. Y en su aspecto musical, Guto Brinholi ha compuesto y dirigido la banda sonora.
De hecho, la música tiene un papel esencial en la película y cuenta también con momentos inolvidables, como cuando la familia Sharpe canta polifonías en su casa o cuando Lena Tschimben, una niña con síndrome de Down, está en sus clases de piano.
Queda, pues, una muy buena propuesta fílmica que ayuda a reflexionar sobre nuestra feliz existencia y, a su vez, pone en valor la voluntad de quienes, a pesar de sus circunstancias personales, inspiran al espectador con sus demoledores testimonios, donde el debate queda servido.