Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’
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Entrevista a la directora de cine tunecina candidata al Oscar, Kaouther Ben Hania (‘El hombre que vendió su piel’): “Me gusta hacer películas pensando en la inteligencia del público”

¡Mis queridos palomiteros! Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’. A sus 44 años, la joven directora y guionista de cine, Kaouther Ben Hania, se encuentra en un momento dulce de la vida. Entre otros motivos, porque su película La bella y los perros (2017) fue preseleccionada en la 91 edición de los premios de la academia americana.

Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’
Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’

Cuatro años después, su último trabajo para cine, El hombre que vendió su piel, se ha convertido en la primera película tunecina de la historia nominada a los premios Oscar a la mejor película internacional. Kaouther Ben Hania ha estado en Madrid promocionando el trabajo, que hoy llega a las salas de cine españolas gracias a Surtsey Films. Por fortuna, hemos podido hablar con ella. Pasen y lean.

Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’

¿Cómo arranca este proyecto?

Un buen día del año 2012 en el Museo del Louvre en París, a partir de una retrospectiva sobre el artista belga Wim Delvoye. En esa exposición pude ver la imagen de un hombre, un hombre de verdad, tatuado, expuesto en las salas de Napoleón. Y me impresionó. Se trataba de una imagen fuerte, impactante, incómoda; a nadie le resultaba indiferente. Hazte cargo: un hombre formaba parte de la obra de este artesano y su trabajo.

Esa imagen se instaló en mi cabeza y empecé a darle vueltas, casi de manera obsesiva, en torno a los porqués. ¿Quién es ese hombre? ¿Cuál es su historia? ¿De dónde viene esto?… Años más tarde conocí a muchos sirios refugiados, obsesionados con sus temas de papeles, visados… Que si les echan, que si no les echan, que si se quedan, que si viven… Así que poco a poco me puse a juntar las piezas de una cosa y otra para ir armando la historia que ha dado paso a la película.

¿Qué parte de la película es fiel a la historia real en la que se inspira?

El único punto de fidelidad común es el del artista transformado en obra de arte. Ese artista, por cierto, es un hombre suizo que está muy contento con lo que ha pasado. De hecho le encanta ir por ahí fardando con el tema y diciendo que él es la obra de arte.

Me interesa la relación de poder que existe entre el que domina y el que es dominado

¿Cómo ha logrado introducir a Monica Bellucci en el reparto?

Por increíble que parezca fue lo más fácil y eso que no la conocía de nada. El caso es que envié un guion a su agente y dijo que sí, así, sin más. Es cierto que a Mónica le había encantado La bella y los perros (2017), mi película anterior, y que además le gusta mucho trabajar con directoras mujeres.

¿Y qué ha cambiado en usted desde su debut en el cine con Le Challat de Tunis?

Digamos que esa película me reconcilió con la ficción. Antes había hecho solo documentales, porque la ficción me parecía fake y no podía encontrar mejor manera para decir las cosas con autenticidad que a través del documental. Sin embargo, con esta historia fui consciente de que podía mentir con credibilidad para rodar buenas historias.

Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’
Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’

En líneas generales, ¿a qué se debe su crítica a los actos justos en El hombre que vendió su piel?

Me interesa la relación de poder que existe entre el que domina y el que es dominado. Se trata de una especie de arquitectura jerárarquica alrededor de la cual se articula el mundo. Es decir, en El hombre que vendió su piel tenemos al personaje dominante: al artista grande, creativo, que tiene mucho dinero y que compra a un pobre hombre, a un chico refugiado, que es el dominado y al que le cuesta todo, hasta salir de su país. Eso me parece especialmente injusto, cruel y absurdo. No obstante, esas son las relaciones de fuerza que me parecen importantes y de las que hay que hablar.

Las pequeñas historias también forman parte de una historia inmensa

Aunque no se trata de una historia sobre matrimonios concertados… ¿Por qué las parejas no pueden decidir libremente sobre su amor?

Mis personajes no son de la misma clase social y, por tanto, no tienen ese primer conflicto inicial respecto del idioma o unos estudios, que suele ser un problema en todas partes. Y en el caso concreto están instalados en un sistema dictatorial, que no es precisamente el mejor campo de abono para que florezca el amor.

Es decir, el amor nace y florece mejor en entornos de libertad. Los personajes de El hombre que vendió su piel se desarrollan en una atmósfera hostil, bélica. Y a menudo en este tipo de ambientes es complicado encontrar puntos de luz. No obstante, el deseo está en que el amor pueda funcionar.

Nuestra protagonista no puede casarse con el hombre al que ama, así que se casa con otro que le permite salir de su país y así huir de un paisaje devastado por el horror. Sabe que no puede quedarse a vivir y a amar al hombre al que realmente quiere porque le busca la policía, por ejemplo. Todo ello condiciona la trama y abre frentes al conflicto.

Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’
Kaouther Ben Hania, canditada al Oscar por ‘El hombre que vendió su piel’

El arte es la idea de explorar los sentidos, las sensaciones

¿Por qué el arte no puede ser móvil como en esta película? ¿Y qué tiene la historia del arte que arrastra multitudes?

El arte puede ser móvil, puede estar vivo y puede cambiar al paso del tiempo. Por otro lado, el arte es la idea de explorar los sentidos, las sensaciones. El arte es la competencia de la religión, ha dado un golpe de estado en Occidente.

Antes la religión explicaba el sentido de la vida, sin embargo creo que cada vez más el arte es lo que nos permite explorar y cuestionar ese sentido de la vida. De hecho, a mi personaje de Jeffrey Godefroi en la película le doy ese aire de cura, de sacerdote un poco endiablado, pues tiene que ver con toda esa mezcolanza que en sí generaría un gran debate.

En este sentido… ¿La muerte es al final la que nos libera de nuestras cargas?

Yo qué sé si es la muerte la que nos va a dar la libertad. Hablo de la muerte de manera repentina…

Lo decía porque hay una falsa imagen del personaje protagonista, ¿no?

Sí, porque hoy en día estamos todos que si los datos, que si los valores de mercado… Todos nuestros datos circulan por ahí, todo lo que hacemos se comparte enseguida. A todos nos gustaría borrar nuestras huellas de internet. Entonces uno puede preguntarse: ¿es que tal persona ha muerto? ¿Puede ser realmente otra forma de libertad? ¿Morir para poder vivir? La idea de base me parecía interesante.

Fotograma del filme
Fotograma del filme

Que El hombre que vendió su piel esté llegando a España a las salas comerciales me parece ya un premio enorme

Y en ese sentido, ¿cuál sería su punto de vista sobre la transcendencia?

Me haces preguntas que desde siempre la humanidad no ha sabido contestar.

Es una directora tan reputada y reconocida que estoy convencido de que tiene una respuesta demoledora.

Nadie posee la verdad absoluta. Bueno, quiero decir que cada historia es particular, las películas no pueden verse como ecuaciones válidas para todo.

¿Qué valor le otorga a la familia, a la idea de la familia tan presente en esta película?

Tendré que escribirte una tesis sobre eso… Puedo hablar de mis personajes. En realidad no hay tantos valores y tantos tipos de familia como historias y familias. Por tanto creo que no se puede generalizar. Las pequeñas historias también forman parte de una historia inmensa, ¿no? Y, de hecho, en esta película la familia no está muy presente. O solo lo está en la relación que el protagonista tiene con su madre. Pero, para mí, lo importante es la historia de amor que puede nacer a partir de Jeffrey con su amada Abeer.

Usted ha sido candidata al Oscar en dos ocasiones, ¿Cuál es su opinión sobre los premios de cine?

Me ponen muy contenta cuando los recibo, aunque siempre serán subjetivos. Reconozco que  forma parte del sistema, es lo que tenemos y es lo que hay. El que me gustaría tener algún día es el del gran, gran público, el premio internacional. Eso sí, que El hombre que vendió su piel esté llegando a España a las salas comerciales me parece ya un premio enorme. Me gusta hacer películas pensando en la inteligencia del público.

Portada del filme
Portada del filme

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